ESTAMPA CAUDETANA.
CAMPO DE BATALLA
Al titular este escrito “CAMPO DE BATALLA” no me estoy
refiriendo al triste acontecimiento del que somos testigos, desde hace más de 2
meses, en que al sátrapa ruso se le ocurrió hollar con la planta de su bota,
bajo la excusa de proveer a su seguridad, las tierras generosas de Ucrania
volviendo a plantear una situación de destrucción y muerte, de tierra quemada,
en la nación vecina que, durante centurias, había mantenido su égida sobre
Rusia, siendo Kiev, la capital de Ucrania, mucho más importante que Moscú, la
capital rusa. Venía a ser Rusia, una especie de país de segundo orden y Kiev
mucho más importante que Moscú. Todo eso cambió con la llegada de la revolución
bolchevique el año 17 del siglo pasado y, si entonces dejaron morir de hambre a
un montón de millones de ucranianos, en la actualidad, están tratando de hacer
otro tanto con ese sufrido pueblo sobre el que pretenden implantar su propia
égida.
No, no me estoy refiriendo a ese conflicto tan terrible y
denigrante, incomprensible, para los tiempos en que vivimos, Al titular estas
letricas con el nombre de CAMPO DE BATALLA, me estoy refiriendo, concretamente,
al claustro del convento de San José (El Carmen) donde cada día se libran
batallas entre dos especies de volátiles, los mirlos y las tórtolas.
En la fotografía, tomada desde mi habitación, ves, así de
sopetón, dos cipreses hermosos, frondosos, al fondo a la izquierda solo ves uno
delgaducho y crece un cuarto, también flacucho, oculto detrás del frondoso
ciprés de la derecha. Yo creo que son más agradecidos estos que están pegados a
mi ventana que los dos de enfrente porque estos reciben toda la fuerza del sol
naciente desde el momento en que se levanta desde las playas alicantinas para
surcar todo el cielo de la Mancha y marcharse, después de atravesar Madrid,
hacia Portugal, pasando primero por mi pueblo de Oropesa, allá en el occidente
de la autonomía Castellano Manchega.
Con la llegada de la primavera, ya te hable un día de ello,
los mirlos restauraron su nido en el ciprés de la izquierda y una pareja
de tórtolas hicieron el suyo en el ciprés del lado de la derecha.
Los pollitos de los mirlos ya andan saltando de rama en rama
y hacen sus vuelos experimentales desde el nido hasta las jardineras de los
alfeizares del claustro alto y las tórtolas siguen, todavía, en el proceso de
engüere. Cuando la hembra tórtola sale a beber o a comer o, en su caso, se
acerca el macho, sale disparada la pareja de los mirlos en una persecución
feroz contra las sencillas y pacíficas tórtolas, presumo yo que defendiendo el
espacio, el terreno, dónde se mueven las crías de los mirlos adueñándose de
todo el espacio claustral. Creo yo que, instintivamente, esos animales
pensarán que las tórtolas son depredadores que pretenden
esquilmarles el nido robándoles los polluelos y salen, claro, como
proyectiles teledirigidos, piando estridentemente, con su largo y temible pico,
amarillo el del macho y parduzco el de la hembra, en ristre para entablar una
lucha desigual, feroz, como acontece actualmente entre los hombres en las tierras
de Ucrania, y, como resultado del ataque, en el fragor de la refriega, suelen
caer pausadamente al suelo del claustro plumas arrancadas de cuajo, a picotazo
limpio, a las pobres tórtolas que huyen, despavoridas, cielo arriba, ante el
ataque inmisericorde de sus vecinos del otro ciprés. Pues mira, como está
ocurriendo ahora mismo en Ucrania, los mirlos, como los rusos, han emprendido
una guerra sin cuartel contra enemigos imaginarios, que no reales, las pobres
tortolicas.
Son tan rápidos y tan fugaces los ataques que lanzan los
mirlos contra las inocentes tórtolas que no me da tiempo a echarme el
telefonillo a las manos para cazar sus guerras. Pero te muestro en la
fotografía el ámbito, EL CAMPO DE BATALLA, donde se están llevando a cabo las
batallas entre las dos familias de emplumados, El claustro del convento de San
José (El Carmen).
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
7.5.2022. Sábado. (C. 1.506)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas tardes. P. Alfonso , buen relato el que nos trae , como cada cual defiende lo que es suyo , aunque muchas veces los humanos el egoísmo o la avaricia quieren tener la una razón sin sentido para destruir tantas y tantas vidas.Las guerras no tienen sentido . Que el Señor los ilumine para que cesen ya ..Que termine bien el día.
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