domingo, 22 de mayo de 2022

El Rosal Tapizante del Jardincico de San Francisco.

ESTAMPA CAUDETANA.

EL ROSAL TAPIZANTE  DEL JARDINCICO DE SAN FRANCISCO.

Llama la atención que, estando  tan pegados al suelo, posean la manera más linda de hacerse notar de un modo fehaciente, gratísimo, estupendo. Me estoy refiriendo al rosal tapizante, rastrero, cubre suelos. Este rosal no busca las alturas sino la cercanía de la tierra, como si tuviera miedo a levantarse sobre sí mismo, como hacen sus hermanos, presumidos, ellos, para llamar la atención mostrando a los cuatro vientos sus vistosas flores, sus hermosas rosas. Este rosal no va por esos caminos, no. Él se arrastra y salpica con sus pequeñas y débiles, pero llamativas florecillas, los suelos. Y es tan lindo y majo que no hace distinción entre buenas o malas  tierras. Tan contento está, y con tanta alegría se muestra, en lugares de buenas tierras, como en rocallas. Sus  sencillas  florecillas, sin aspiraciones de emular a las refinadas y emperifolladas parientes que llenan grandes parcelas en jardines a las que llaman rosaledas, ellas,  no, no abrigan puestos importantes en el mundo de los rosales. No, ellas apenas si levantan unos centímetros sobre los suelos donde encuentras acomodo y en los que  hunden sus raíces. Pero, en modo alguno, pasan desapercibidos porque todo aquel que pasa por sus inmediaciones es obsequiado con la fragancia que exhalan sus sencillas florecillas.  

Eso me aconteció a mí en el medio día de ayer cuando bajé a celebrar con Antonio y Conchi sus bodas de oro matrimoniales en la iglesia de San Francisco (Antonio y Conchi son ontenientinos y fue allí, en Onteniente, donde se dieron a sí mismos al decirse SÍ y, poco después de su compromiso emigraron a Caudete donde han venido residiendo hasta ahora mismo, razón por la cual decidieron que fuera aquí, en la Real Villa de Caudete, donde renovarían sus votos matrimoniales rodeados de sus cuatro hijos y nietos). 

Y ocurrió entonces, cuando, al entrar en el jardincico de la parroquia recibí el lindo saludo que me dirigía el rosal rastrero, con el olorcillo muy agradable que expelía por sus florecillas.

Estos rosales no tienen prisas por florecer, pues lo hacen en verano y no es raro ver que se enfloran repetidamente hasta el otoño. Pero el rosal del jardíncico de San Francisco, este año, tenía prisa y, fíjate, lo ha hecho con un mes de adelanto. Yo creo que este tiempo loco que tenemos o, mejor, al que hemos puesto loco de remate los hombres, le ha confundido y se ha asomado a la gran ventana de la naturaleza enseñando lo más lindo que tiene, sus florecillas y, no contento con ello, también nos otorga la maravilla de su fragancia..

Ellas, las flores y su fragancia te llevan hoy mi saludo, mis 

              ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

22.5.2022. Domingo. (C. 1.517)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.

1 comentario:

  1. Muy buenas tardes. P. Alfonso , gracias a usted me he enterado que seas florecillas del jardín de San Francisco son rosales , pues no lo sabía , una vez más aprendo muchas cosas de usted. Que termine bien el domingo.

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