ESTAMPA CAUDETANA.
FIESTA EN EL CARMEN.
Hoy, la comunidad de frailes Carmelitas del convento de San
José, la comunidad de monjas carmelitas de clausura y las Hermanas de la Virgen
del Carmen de la Residencia de ancianos de esta Real Villa de Caudete, nos
encontramos de FIESTA GRANDE porque el calendario, en su andar pausado pero
constante, nos ha traído, en el día de hoy, la celebración festiva de una gran
mujer, MARÍA MAGDALENA DE PAZZI, que fue coetánea durante algún tiempo de
Teresa de Jesús, la santa andariega, la de Ávila. Andariega, mote con el que se
la denominó por andar recorriendo los caminos polvorientos de la España del
siglo XVI buscando lugares para edificar conventos donde encontraran acomodo
aquellas almas en las que el Espíritu de Dios suscitaba una vocación de entrega
y de compromiso, de los que nos da cuenta pormenorizada en el libro que dejara
escrito, junto a otros muchos, de Las Fundaciones.
En la ciudad de Florencia, en el norte de Italia, el
Espíritu Santo tocó el corazón de una jovencita, María Magdalena de Pazzi,
porque la quería para Sí y, ella, enderezó sus pasos al convento de las
Carmelitas de aquella ciudad y allí vivió inmersa en la divinidad aupada, levitando
tanto y de continuo que solo bajaba al triste suelo cuando, en virtud de santa
obediencia, la madre priora le ordenaba bajar para que se uniera a la Comunidad
en los actos estipulados en el horario que marcaba el tic – tac de la
vida de la Comunidad y así compartir con las monjas los actos de de
culto, de rezo, de compartir el refrigerio en el refectorio.
Hoy nos ha traído y nos presenta el calendario la gran
figura de esta mujer, de Santa María Magdalena de Pazzi, que enraizada en la
fecundas tierras del Carmelo, creció ejemplarmente con su porte y con la
riqueza de sus escritos enriqueciendo a la Orden del Carmen y, desde este
lar, a la Iglesia universal.
Magdalena María de Pazzi es venerada en esta Real Villa de Caudete al serlo en los lugares donde llevan adelante su compromiso con la Orden y con la Iglesia aquellos que nos regimos con la regla que a ella encumbró a la santidad. En uno de ellos, en el convento de San José (El Carmen) donde, en aquellos tiempos de la restauración, tras la hecatombe que sufrió en el desencuentro habido entre hermanos en el último trienio de la década de los años treinta del siglo pasado, en que se llevó a efecto, de acuerdo con las posibilidades con las que se iba contando, bajo la dirección del recordado P. Elías Requena, toda una institución en esta Villa, se decoraron las paredes de las naves laterales de la iglesia conventual con las figuras de santos preeminentes de la Orden del Carmen. Y ella, Magdalena de Pazzi, fue pintada por Remigio Soler, pintor valenciano con renombre, el año 1955, en la primera de las capillas de la nave del lado izquierdo, como ves en la fotografía que está al inicio de estás letricas y que Fr. Paco Marín, sacristán del convento, se ha encargado de singularizar y resaltar disponiendo unos adornos vegetales. Además ha situado en lugar preferente, a la derecha del altar, sobre una columna, la imagen de la Santa adornada, de la misma manera.
Ella, Santa María Magdalena de Pazzi, que alcanzó en el
ámbito del Carmelo las más altas cotas de santidad, nos ayude a progresar,
también, por ese camino y, hoy, me hace la caridad de llevarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
25.5.2022. Miércoles. (C.1.520)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
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