ESTAMPA CAUDETANA
EL MADROÑO DEL PASEO DE LA VIRGEN DE GRACIA.
En los años noventa del siglo pasado se puso de moda plantar
un árbol en los alcorques de las calles de Madrid para celebrar el
nacimiento de un nuevo "gatito" (*). El Ayuntamiento regalaba un
ejemplar a cada niño nacido durante la campaña y los servicios de Parques y
Jardines lo plantaban en un alcorque de la calle o en un parque cercano en cuyo
borde pegaban un azulejo con el nombre del niño recién nacido. Recuerdo que,
siendo yo párroco en Madrid, una señora que había dado a luz a dos mellizos,
recibió en su casa dos guapos ejemplares de madroños con los azulejos en los
que estaban impresos los nombres de sus hijos. Aquella mujer, no los entregó a
los oficiales de parques y jardines, me los entregó a mí y, yo, le dije:
”mira los voy a plantar aquí para que, desde tu casa, puedas
ver cómo crecen al mismo tiempo que tus hijos”
Le pareció estupendo. Los planté en el ribazo junto a la
escalinata por la que se sube a la entrada principal del complejo parroquial
Flor del Carmelo. Allí siguen y, según mis noticias, gozan de muy buena
salud.
Pero, en modo alguno, el MADROÑO es patrimonio de Madrid,
aunque Madrid lo tenga esculpido en bronce y ocupe un lugar señero en la Puerta
del Sol de la villa y corte, de la capital del reino, y pinado sobre él, un
hermoso oso, también de bronce, animal que, al parecer, poblaba las tierras
hispanas por entonces, y, además, lo han subido al estandarte que nos habla de
Madrid y su región. No, no es solo y exclusivamente patrimonio de Madrid este
hermoso árbol llamado MADROÑO.
En la serranía que separa las tierras extremeñas y, más
concretamente Guadalupe, del extenso y llano terreno en el que mi pueblo
de Oropesa alcanzó fama en tiempos pasados porque los Señores de la
Villa, los Álvarez de Toledo, con la venía y por concesión real,
dominaban toda aquella planicie y hasta más allá del Sistema Central, pues eran
dueños de lo que, después, sería dominio del duque de Alba, la zona de
Piedrahíta, a las puertas mismas de Salamanca, se da profusamente esta especie
de árboles.
Su fruto es utilizado por las gentes de los Ibores, valle
que baja desde Navalmoral de la Mata hacia Guadalupe, para confeccionar unas
tartas exquisitas y también para introducirlos en el orujo o la cazalla del
lugar porque, dicen, pone el sistema digestivo en muy buen estado. Es, también,
muy apreciado por el ganado ovino pero ya se cuidan mucho los pastores de
ovejas y cabras del lugar de que no coman mucho porque "emborrachan".
Así como te lo digo, porque poseen un componente alucinógeno que deja a los
animales, tal cual llegan a estar las personas, tras una fuerte ingesta de
alcohol o cualquiera de tantas drogas que tanto daño hacen a la gente.
No, el MADROÑO, no es patrimonio de Madrid y su región, el
MADROÑO, crece aquí en la Real Villa de Caudete. Yo le he visto muchas veces en
el Paseo de la Virgen de Gracia y siempre me he detenido a contemplarle, con su
porte magnífico y ahora adornado, con sus hojas nuevas de un verde brillante
que llama la atención y sus racimicos de frutos que gozan de una estupenda salud
y que aventuran una cosecha ubérrima y de primera calidad. Para el caso de que
te haya pasado desapercibido no tienes más que ir a verle. Se encuentra en el
parterre de la derecha un poco más abajo de la puerta del polideportivo Atleta
Antonio Amorós, en el camino que te lleva al Santuario de la Patrona, Nuestra
Madre, la Virgen de Gracia.
Prendido de sus remozadas ramas, como si de un fruto más se
tratara del MADROÑO del Paseo de la Virgen de Gracia, te hago llegar hoy mi
saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
26.5.2022. Jueves. (C. 1.521)
(*) Apodo que reciben los nacidos en Madrid.
P: Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas noches. P. Alfonso, es muy interesante lo que hoy nos cuenta sobre el madroño y muy curioso lo que en Madrid la forma de promoverlo para su disfrute y usted por darnos toda está información. Que tenga un buen descanso y hasta mañana si Dios quiere.
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