ESTAMPA CAUDETANA.
Es de todos conocido que, la Penitencia, es el sacramento en
el que el ser humano se encuentra con Dios en la profundidad de su ser y allí,
en la espaciosa sala de la conciencia, tiene lugar una conversación
acerca de por dónde han discurrido los pasos de uno desde la última ocasión en
que tuvieron ese encuentro o, como en el caso de ayer, durante el tiempo que
precede a ese primer encuentro con el Hijo de Dios que se nos hace hombre y
que, como nos quiere tanto, a la hora e marcharse de vuelta a la casa del Padre
Dios, cuando le llegó el momento devolver al cielo al final de su vida terrena,
no quiso marcharse definitivamente de con nosotros, sino que se quedó aquí y lo
hizo bajo a las especies del pan y del vino, dos elementos materiales y
naturales que son la base de la alimentación del ser humano diciéndonos con
ello que lo mismo que el pan y el vino alimentan, hacen posible la vida del
cuerpo del ser humano (recuerdo que mi madre nos decía cuando éramos pequeños: ”hijos
¡a comer!, porque somos lo que comemos”) Él, hecho Eucaristía, alimenta nuestra
vida del espíritu que es, a su vez, la que alimenta, la que hace posible, la
vida del ser humano sobre la tierra.
También sabemos que los sacramentos son acciones materiales
que tienen efectos espirituales. Y es aquí donde se centra esta última
catequesis a los niños y, de paso, a los padres, previa al momento cumbre de su
encuentro con el Amigo Jesús Sacramentado. Antes de que el Sr. Párroco, P. Luis
Torres Pérez, Carmelita, diera comienzo a la celebración litúrgica propiamente
dicha, algunas catequistas montaron, en el lado derecho del altar, en el
presbiterio, unos paneles que semejaban un árbol seco, signo y símbolo de la
situación en la que se encuentra el hombre cuando, por razón del pecado, está
apartado de Dios.
Concluida la intervención del celebrante y, a medida que se
va desarrollando la liturgia penitencial, cuando cada niño o papá había
finalizado su encuentro con Dios, mediante el sacramento de la Penitencia, se
acercaba hasta el árbol seco y prendía en él una hoja verde de modo y manera
que, a la conclusión de la liturgia penitencial, aquel árbol seco había
reverdecido.
Así explican las catequistas, de modo plástico, al niño y a
sus papás, los efectos beneficiosos que lleva consigo el sacramento de la
penitencia y, que no es otro, que el volver de la vida, la vida que Dios nos
otorga por medio de la acción del Espíritu Santo en el sacramento de la
Penitencia y que experimenta cada uno de nosotros tras recibir la absolución
de nuestros pecados por el poder que Jesús dio a su Iglesia:
”A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados
y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”(Jn. 20,23).
Mañana, día primero del mes de mayo, coincidiendo con el día
de la Madre, dos grupos de niños se acercarán, por primera vez, a recibir a
nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía. Unos recibirán al Amigo Jesús en la
parroquia de San Francisco y, otros, lo harán en la parroquia de Santa
Catalina.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.4.2022. Sábado. (C. 1.502)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas noches . P. Alfonso, ya en estas fechas es cuando empiezan las primeras comuniones y para los niños las primeras confesiones . Muy buena catequesis la que prepararon las catequistas con tanto esmero para que puedan comprender lo que significa la confesión mi mayor deseo es que el Espíritu Santo los ilumine para seguir en ese camino .Que tenga un buen descanso , hasta mañana si Dios quiere.
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