ESTAMPA CAUDETANA.
EL CONVENTO DE SAN JOSÉ SE LLENÓ DE MÚSICA.
En el tupido programa que está llevándose a cabo en la Real
Villa de Caudete con motivo de la VI Bienal de la Acuarela, ayer, el centro
sobre el que se desarrollaron las actividades programadas fue el claustro del
convento de San José. Coincidieron dos actividades en el claustro barroco
toscano, una, la clase de pintura según la técnica de la acuarela que se
dispensaba a todos aquellos que, libre y espontáneamente,
participaron para gozar con las enseñanzas de muy buenos
maestros, pues tenían, como profesores, a pintores consagrados en ese arte, en
el que tanto brilló y descolló otro caudetano, Rafael Requena, mundialmente
conocido y admirado porque se movía, entre los entresijos de la acuarela, como
nada un pez en el agua y, además, maravillosamente.
Los materiales necesarios para el desarrollo y
desenvolvimiento de las clases, ya estaban preparados y dispuestos, desde
temprano, sobre una mesa a la espera de que los aspirantes a figuras en el arte
de la acuarela hicieran su aparición.
El día se levantó precioso con un sol que metía su calorcito
en el claustro donde se estaba muy bien. Pero, la verdad sea dicha, no fueron
muchos los chavales que se dieron cita en un entorno de privilegio, como es el
claustro conventual de San José, en torno a los pintores venidos de países
lejanos que, ayer, hicieron de maestros. Parece ser, Antonio Requena nos lo
puede decir, que no tira mucho entre la gente menuda de esta Villa el reclamo
del arte de la pintura, cosa que no acontece cuando se trata de dirigir sus
pasos por el exigente arte de la música instrumental. Al parecer, les llena más
vérselas con los instrumentos musicales de cuerda, de aire o de los ruidosos
tambores y timbales, que las brochas, pinceles y bastidores.
Durante el desarrollo de las clases un grupo de maestros,
casi imberbes, componentes todos ellos del grupo "Asociación musical Santa
Cecilia" de esta Real Villa, deleitaban a la concurrencia y a los futuros
genios en el arte de la acuarela, con los sones de su propio arte, el de música
que, por cierto, me perdí porque, a esa misma hora, me tocaba a mí presidir la
Eucaristía en la iglesia del convento hasta donde llegaba, muy tenuamente , el
alegre sonido que arrancaban los músicos a sus instrumentos, mayoritariamente
de cuerda.
sí, ayer EL CONVENTO DE SAN JOSÉ DE ESTA VILLA DE CAUDETE SE
LLENÓ DE MÚSICA y, también, de jovencicos tocados por el vate de la
pintura al agua, de la acuarela.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
7.11.2022. Lunes. (C.1.604)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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