ESTAMPA CAUDETANA.
EL ARBOLICO DEL BARRIO.
Si te dejas caer por Barrio de San Francisco y transitas
avenida de San Jaime adelante vas a llegar hasta el templete de Cristo
Crucificado y, allí, junto a él, vas a disfrutar de lo lindo contemplando el
ARBOLICO DE LUZ que ha sido levantado por los oficiales del Ilustrísimo
Ayuntamiento de la Villa en el centro del bulevard, justo enfrente del templete
de Cristo Crucificado.
Cada noche campa a sus anchas, en la amplia avenida que nos
saca de la Real Villa de Caudete, dejando a un lado la monumental plaza en la
que, en otros tiempos, se lidiaron preciosos ejemplares de morlacos y, al otro,
la ermita de San Antonio, hacia los campos del predio, que descansan
ahora, a la espera de ser preparados para acoger en las entrañas de infinidad
de surcos rectilíneos, las semillas de miles y miles y miles de lechugas cuando
el invierno vaya de caída.
El ARBOLICO DE LUZ parte en dos toda la Avenida de San
Jaime. Yo diría que es un alfileretazo de luz que hace mucho daño a la oscura
noche al llenarla de luces de colorines.
Ayer por la tarde, una vez concluía la celebración festiva
de la Eucaristía, tiré de telefonillo y con la cámara que tiene incorporada, le
saqué una fotografía al tal ARBOLICO.
Las nubes habían dejado de caerse al suelo con cada una de
las gotas de agua que habían hecho gorgoritos, poco antes, en los charquitos de
agua formados en el suelo.
La noche estaba quieta, nada se movía en el entorno, nada ni
nadie quitaba protagonismo al lucero de la Avenida y, él, se hacía voz
silenciosa, pero muy brillante, que anunciaba la pronta llegada de Jesús, del
Mesías.
Para mí es símbolo de nosotros los hombres. Veo en su
parte baja los segmentos de la historia de este mundo donde los hombres se
afanan, se acaloran, trabajan, se mantienen en continua lucha, pero sin conseguir
la plenitud porque solo se mueven movidos, en su perenne lucha, por conseguir
metas cortas, sin horizontes amplios y, no obstante, tienen a su alcance la
posibilidad de transitar por un camino, sería la parte superior del arbolico,
todo él verde esperanza, que se asoma a la inmensidad ambicionada por el ser
racional, pensante, iluminada por la ESTRELLA que se nos ha dado y, esa
ESTRELLA, no es otra que EL ENMANUEL, el Dios con nosotros, al que vamos a
recibir y celebrar el día de la Navidad concebido por una mujer, por un ser
humano, por la Virgen María a la que, en esta Real Villa, veneramos bajo su
advocación de GRACIA.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.12.2022. Miércoles. (1.625)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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