ESTAMPA CAUDETANA.
"VISTO Y NO VISTO".
Se refiere el dicho popular "VISTO Y NO VISTO" a
un hecho o a un acontecimiento o algo que pasa por delante de uno como un
flash, nunca mejor dicho en el caso que nos ocupa, porque, tras verlo parpadear
y cuando los párpados vuelven a abrirse ya no está lo contemplado o para
indicar lo rápido que pasa el tiempo.
Eso mismo es lo que aconteció con el árbol luminoso que los
excelentes oficiales del Ayuntamiento habían situado en la calle Paracuellos de
la Vega, frente por frente del Centro Social Madre Elisea, lugar donde se
dirimen los asuntos relacionados con la mujer en esta Real Villa de Caudete.
En la tarde del día 6, para llegarme hasta la parroquia de
Santa Catalina, decidí dar una vueltecica para estirar las piernas y, en el
barrio de la Villa, seguí por la calle Juan López y continué por la de
Paracuellos de la Vega y fue en esta calle, a vista ya de la capilla de la
comunión de la parroquia, donde me tropecé con un árbol, todo hecho luz. Para
entonces ya era noche cerrada. Se trataba de un árbol, como tantos otros de los
que ha situado el Ayuntamiento en distintos lugares de la Villa. Enseguida
apareció en mis manos el telefonillo y después de buscar el ángulo mejor decidí
sacarle una fotografía en la que, además de captarle a él con toda su luz, apareciera
la fachada del Centro Social Madre Elisea y las banderas que dan importancia y
entidad al caserón.
Ahí le tienes, hecho un primor, poniendo todo lo que él es,
luz, en calzada y fachadas de las casas que encajonan la calle.
Estaba lindo el árbol y linda estaba la calle que lleva el
nombre del pueblo conquense donde naciera, allá, terminando el siglo XIV. Juan
López llamado a ser notorio, no por haber tundido, junto a otros colegas, a
pedradas con su honda al bueno de Don Quijote de la Mancha en aquella refriega
que tuvo con los pastores porque, el que puso a trotar al Ingenioso
Caballero por estos lares, no había nacido todavía, lo haría 150 años más
tarde (n.1547 +1616). No, no fue notorio por ser pastorcico de rebaños que, en
las invernadas, bajaba con sus animales hasta estas tierras más templadas, para
pasar las invernadas. Tampoco fue notorio por haber nacido manquico, sin un
brazo, aunque ese hecho sí que tendría una importancia grande tiempo más tarde.
Fue notorio porque la Madre de Dios le hizo objeto de su complacencia y otorgó
la gracia de contemplarla en su sencillez magnífica, tal y como nos vemos
nosotros unos a otros, para hacerle mensajero de algo grande, como era el
comunicar a las autoridades de la Villa el lugar donde se encontraban ocultas
las imágenes de Ella y de San Blas y de otros elementos de culto y como,
al parecer, el zagal no era proclive a dar crédito a tal visión y a tal
mensaje, su Madre del cielo, que lo es de Dios, "completó" el
embarazo de su madre de la tierra prendiéndole del hombro el brazo que le
faltara.
Al día siguiente, víspera de la Inmaculada Concepción de
Santa María, tras la celebración de la misa vespertina de la víspera de la
Inmaculada Concepción de la Virgen María, al ir por calle Sacramento hacia la Plaza
de la Iglesia, desde la esquina de la capilla de la comunión de la parroquia me
quedé un tanto confuso porque toda la luminosidad de la que gozaba la calle
Paracuellos de la Vega el día anterior, hoy lucía, pero por su ausencia. El
arbolito de luz había desaparecido.
En todo lo alto del cielo un lucero, me pareció a mí, que
hipaba de tristeza.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
9.12.2022. Viernes. (C.1622)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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