EL HOMBRE DE GLOBOS CHISPEANTES.
Eran casi las veintiún horas del día de ayer. La noche, ya
cerrada, tendía su manto, roto por las luces de la villa. En la parroquia acababa de concluir el
séptimo día de la novena en honor de Santa Teresa de Jesús, titular de la
parroquia de este pueblo marinero, que es El Campello, y de nuestra Madre la
Virgen de los Desamparados, Patrona del lugar, cuyas fiestas de moros y
Cristianos en su honor se están celebrando por todo lo alto en esta villa
marinera.
Volvía yo al descampado donde había dejado el coche ya que,
por ser fiestas, todo el núcleo central de la villa se encuentra acotado,
vedado al aparcamiento de cualquier vehículo con el fin de dejarlo expedito
para favorecer el jolgorio, la fiesta, sin impedimento alguno Durante el
trayecto, me di de bruces con una charanga inmensa que, animada por una banda
de música inserta en medio del gentío, la mayor parte de gente joven. Daban la
impresión de tener dentro de sí una especie de hormiguillo ya que no dejaban de
moverse bailando al son de la música de la banda inserta en medio del gentío.
Formando un grupo compacto, caminaba detrás de los músicos,
la gente mayor, muchos de ellos con sus infantilicos en brazos y es que en las
fiestas patronales que se precien todo el mundo goza y disfruta hilarantemente
de la alegría, del gozo y de la extroversión que la fiesta ofrece, hasta los
niñicos de pecho.
Son tantas las charangas que afluyen a la plaza de la
iglesia parroquial, por una u otra calle, que el buen hombre que portaba LOS
GLOBOS CHISPEANTES no sabía hacia dónde dirigirse para ofrecer su atractiva
mercancía. No terminaba de decidirse por esta o aquella charanga que anunciaba
su presencia a golpe de la música que lanzaba al aire la banda que la
acompañaba. El caso fue que, el buen hombre, tras caminar hacia allí de donde
provenía la música que acompañaba a una de ellas, decidió volver sobre sus
pasos y dirigirse hacia la plaza donde habrían de juntarse todos para estallar
en una explosión de júbilo, emprendió el camino tras la charanga con la que yo
acababa de cruzarme, muy cerca ya de la
plaza de la parroquia. Y es que, para estos señores, donde tiene salida su
negocio es en las aglomeraciones de gentes. Y, no eligió mal, puesto que en la
plaza ya esperaba la primera de las charangas y la segunda estaba llegando.
Otras anunciaban su pronta aparición porque las músicas de las bandas que las
acompañaban así nos lo daban a conocer.
Con toda seguridad, Fernando, un chaval de esta villa, que
contraerá nupcias con una chica de la Real Villa de Caudete no tardando mucho
en la parroquia de San Francisco, iría, yo no lo vi, formando parte de una de
tantas charangas.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
10.10.2023. Martes. (1.695)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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