ESTAMPA CAUDETANA
NOS VISITA LA LUNA.
Estaban a punto de juntarse en una, en todo lo alto de la esfera del reloj, las dos agujas, cuando se llegó hasta el claustro barroco-toscano del convento de San José una luna a punto de desaparecer.
Ciertamente, la luna, estaba agotando sus últimos recursos energéticos porque el sol la estaba sometiendo a un duro castigo. Pero ella, toda orgullosa, le estaba haciendo burla en su propio terreno, en mitad del día, sacando de sí la poca energía que le quedaba, a punto de desvanecerse cerrando así su período lunar.
En esas estaban, a torta limpia, los dos luceros, el del día y el de la noche, cuando ella, la lumbrera de la noche, la luna, se encontraba en la vertical del claustro conventual porque él, obediente a los políticos, subía con retraso a su cenit donde, desafiante, le estaba esperando una luna rezongona aunque agonizante.
Por la tarde, ya noche, había dejado atrás la Avda.de la Libertad y caminaba Avda. de las Jornetas arriba con dirección a Santa Catalina, que ya me llamaba desde lo alto de su torre con el tañer de la campana grande, su homónima, así la llaman las gentes de la Real Villa de Caudete "la Santa Catalina", y me hacía saber que, en esos momentos, las 19,00 horas, daba comienzo el rezo del Santo Rosario, previo a la celebración de la Sagrada Eucaristía.
Miré al cielo, estaba todo él de un oscuro profundo, ni una estrella rutilante le hacía un roto de luz y a ella tampoco la vi. Y, es que, a la pobre luna , ya, al medio día, no le quedaba fuerza alguna y, al llegar la anoche, no compareció. Brilló por su ausencia.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
8.10.2023. Miércoles (C.1.712)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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