Un retablo albaceteño en Colonia que nadie reclama
Por Sofía Guardiola
02/11/2023
La obra, que a principios del siglo XX salió de nuestro
país para ser vendida en Alemania y que sobrevivió, milagrosamente, a pesar de
encontrarse en la ciudad más bombardeada en la Segunda Guerra Mundial podría
ser devuelta, salvo por el hecho de que ninguna de las autoridades competentes
ha iniciado los trámites para ello.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Colonia atravesó el
episodio conocido como “de los mil bombardeos”, en el que se irguió con el
dudoso galardón de la ciudad más bombardeada de Alemania por el contingente
aliado. Las fotos aéreas de esta época muestran infinidad de edificios sin
paredes ni techos, una acumulación de ruinas, miseria y polvo que se
arremolinan alrededor de su catedral gótica y oscura, que se mantiene en pie,
milagrosamente, entre los esqueletos de la ciudad.
Las iglesias románicas de Colonia, sin embargo, no corrieron
la misma suerte que la imponente catedral. De las doce con las que cuenta la
ciudad alemana –hoy en día perfectamente reconstruidas–, la mayoría de ellas
sufrieron durante los bombardeos.
No obstante, sabemos que muchas de las obras que albergaban
en su interior se salvaron, y de hecho se conservan hasta nuestros días. ¿Cómo
puede explicarse esto, en una ciudad que quedó completamente devastada tras la
guerra? Aunque no haya pruebas de ello, todo apunta a que los habitantes de la
ciudad se encargaron de evacuar las obras de sus iglesias y de trasladarlas,
cobijándolas en zonas alejadas de los núcleos urbanos y, por tanto, de los
principales objetivos de los ataques.
Una de estas obras que se salvó de la contienda fue el
retablo de la Virgen del Rosario, una pieza de origen español que llegó a la
iglesia de San Cuniberto –la última de las doce iglesias románicas edificadas
en Colonia– de forma incierta y a todas luces irregular.
La obra data del gótico tardío, concretamente de principios
del siglo XVI, y aunque no se sabe a ciencia cierta quién separó a la pieza de
su población natal, el albaceteño pueblo de Caudete, sí se conoce que ocurrió
en 1909, pues aparece en un catálogo de la casa de subastas alemana Lempertz de
ese año.
Iglesia de San Cuniberto en la actualidad. Rolf Heinrich.
Esto, sin embargo, no sorprende. Durante el siglo XX, en
España se conjugaron la codicia y la ignorancia sobre el valor del patrimonio,
de modo que muchas obras de gran importancia histórica y artística fueron
extraídas de los pueblos en los que se encontraban y vendidas en el extranjero
sin que nadie se preocupase por ello.
Fotografía del retablo de finales del XIX o principio del XX. Ministerio de Cultura.
No deja de resultar paradójico, sin embargo, tal y como
señala el historiador Luis Guillermo García-Saúco, que gracias a esta salida
irregular de nuestras fronteras el retablo sobreviviese, pues de haber seguido
en Caudete habría sido altamente probable que se hubiese destruido en la Guerra
Civil, tal y como ocurrió con una parte importante de nuestro patrimonio
religioso. Sin embargo, en los registros esta pieza sí constaba como quemada
durante la contienda, al menos en los papeles de Elías Tormo, arqueólogo y
exministro valenciano.
Tras haberse librado de una Guerra Civil y haber sobrevivido
a una Mundial, el retablo de la Virgen del Rosario aún tendría que sufrir para
llegar hasta nuestros días. En 1999, el restaurador Rubén Meyer-Graft lo
encontró en un desván de la casa parroquial de San Cuniberto. Le faltaba el
ático –que no se sabe cuándo fue separado del resto y que aún hoy se encuentra
en paradero desconocido– y la tabla central, que sí se exponía en la iglesia, y
la necesidad de una restauración era evidente.
Meyer-Graft no solo restauró el retablo en ese mismo año,
sino que fotografió el proceso, de modo que pueden verse en su archivo los
grandes desperfectos que la pintura había sufrido por las condiciones en las
que se encontraba.
Aunque esto pueda parecer alarmante y, sobre todo, triste,
la situación empeora al comprobar que hoy en día el retablo parece despertar en
nuestro país el mismo desinterés que motivó que esta pieza acabara en Colonia,
pues aunque el párroco de la iglesia de San Cuniberto ha aclarado que no
tendría problema en devolver la obra, y a pesar de esto y de que Alemania haya
tendido, en los últimos años, a restablecer las obras cuya obtención es
sospechosa a sus lugares de origen, nadie en España ha reclamado esta pieza ni
ha movido un dedo por devolverla a nuestro país.
Resulta imposible, además, que las autoridades españolas
esgriman el desconocimiento de este retablo como excusa, pues fue el
historiador albaceteño –y más concretamente de Caudete– Francisco Marco quien
redescubrió esta pieza, de forma casual, gracias al investigador de pintura
valenciana Josep Lluís Cebrián i Molina y a una fotografía de una exposición
sobre la Virgen del Rosario en la que una cartela en alemán que podía
apreciarse en la imagen permitió tirar del hilo, hasta localizar la pieza en
San Cuniberto y relacionada con el retablo caudeteño.
En su tierra, ninguno de los habitantes de la localidad
parece conocerlo. Esto se explica porque la pieza se encontraba en la ermita de
Nuestra Señora del Rosario, lugar inaccesible que pasó a fusionarse con el
Palacio de los obispos de Orihuela. Según cree Marco, la pieza se habría
colocado allí por motivos de conservación, pues se trataba de la zona más
fresca de la diócesis.
Marco ha recogido en el libro El misterio del desaparecido retablo
de la Virgen del Rosario de Caudete toda la labor de búsqueda,
identificación y redescubrimiento de esta pieza. Su publicación corrió, en
parte, a cargo de la diputación albacetense, llegando hasta aquí, al parecer,
el interés en la pieza.
Retablo de la Virgen del Rosario en la Iglesia de San
Cuniberto, Colonia.
No obstante, tanto Marco como otros historiadores, entre los
que se encuentra García-Saúco han subrayado no solo la calidad de la obra, sino
también la escasez de este tipo de piezas en la provincia.
En parte, este silencio podría deberse a la extraña posición
de Caudete, localidad situada “en tierra de nadie”, próxima a cuatro provincias
de tres comunidades autónomas distintas. Por un lado, el pueblo se encuentra
tan próximo a la Comunidad Valenciana que lo atraviesan unas vías de tren que
unen Alicante y Valencia, aunque los convoyes no paren en Albacete. Por otro,
su territorio se enmarca en Castilla la Mancha, pero la ciudad grande que más
próxima se encuentra es, sin embargo, Murcia, a poco más de 100 kilómetros.
Fue, de hecho, en 1978 cuando Caudete se consideró por primera vez parte de la
provincia de Albacete, pues tradicionalmente había sido alicantino, hasta el
punto de que hoy el prefijo telefónico del pueblo se corresponde con el de esta
provincia situada al sur de la Comunidad Valenciana.
Pero, además de la extraña situación en la que la localidad
se encuentra, parece también que el desinterés o el desconocimiento de la valía
del patrimonio que permitió que el retablo saliera irregularmente de nuestras
fronteras, no ha cambiado tanto con el paso del tiempo, y que en consecuencia
Alemania tendrá que seguir esperando a que alguien reclame el retablo.
Sofía Guardiola
No hay comentarios:
Publicar un comentario