ESTAMPA CAUDETANA.
EL TESTIGO.
"Buenas noches", le dije
"Muy buenas", Él esperaba a un amigo que se encontraba dentro de la oficina hablando con los agentes. Yo, volvía a casa desde Santa Catalina donde me había reunido con con feligreses para celebrar la Eucaristía.
"No se mueve ni una gota de aire, ni una brisica, con una temperatura nunca conocida, a estas alturas, en esta Real Villa de Caudete", me dijo el buen hombre.
"Cierto, y eso que nos encontramos casi en medio del invierno", le hice notar yo.
Desde donde nos encontrábamos veíamos el anuncio luminoso de la farmacia de la Plaza de Ntra Señora del Carmen en el que sucesivamente se alternaban la hora y el guarismo que nos informaba acerca de la temperatura ambiental.
La hora era las 20,19. Casi las ocho y media de la tarde-noche de un invierno que, hablando en plata, no es tal. Porque, cuando el reloj apagaba la hora y llenaba de luz los guarismos que nos indicaban la temperatura reinante en la Plaza a aquella hora. El reloj digital nos daba a conocer que eran 17 los grados°. Sí, 17°.
"Nunca, jamás, hemos tenido aquí esta temperatura en un invierno que, de haberlo sido, estaríamos varios grados por debajo de la línea que separa los positivos de los negativos", dijo mi comunicante.
Y puede que su afirmación se adecúe a la realidad, porque, en los seis años que llevó en la Villa, en ninguno de sus inviernos he disfrutado de esta temperatura, más que primaveral.
Yo, que me declaro empecinadamente contrario a que estemos incursos en un cambio climático, no dejo de sorprenderme ante el comportamiento de este invierno tan impropio por esta zona de La Mancha Baja.
Y, TESTIGO del tiempo que estamos disfrutando, es el termómetro de la farmacia existente en la Plaza aledaña al Convento de San José (El Carmen), Ntra. Sra. Del Carmen.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
25.1.2024. Jueves. (C. 1.785)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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