ESTAMPA CAUDETANA.
TRÉBOL AMARILLO.
Tengo toda una jardinera sembrada de pequeños bulbos de los que, llegando el otoño, surgen unos pequeños tallitcos que van cubriéndose de hojitas todas de tres en tres.
No tienen que ser "mala gente"porque algunos de los volátiles asiduos del claustro barroco-toscano del convento de San José (El Carmen) encuentran en sus tiernecitos brotes algo que les sienta bien porque, cuando empezaron a abrirse formándose las trifolias hojas, fui contemplando cómo iban desapareciendo quedando solo el tallico.
No sé si, debido a que el pájaro en cuestión, que podría tratarse de gorriatos, aquí llamados "tejainos" o el mirlo o algún carbonero u otro de los que nos visitan porque encuentran refugio en los apretados cipreses, se ha marchado o porque el vegetal ha segregado algún producto dañino para el emplumado o, simplemente, por la fuerza con que va emergiendo desde lo profundo de la tierra. El caso es que, en la actualidad, la jardinera está totalmente poblada por el TRÉBOL AMARILLO, al que llaman los científicos
OXALIS PES CAPRAE, del que andan emergiendo pedúnculos coronados por la linda flor amarilla que abre su corola, de cinco pétalos, mirando al centro del claustro, allí donde se levanta la fuente.
No cabe duda de que es una guapa flor y consciente de ello se muestra al exterior sirviéndose de la jardinera como si fuera una pasarela desde donde lucir el tipo.No es de por aquí esta especie de planta herbácea que surge y se propaga desde los redondos bulbos que nacen en sus raíces. Como otras muchas especies de plantas vienen del continente africano ésta, según he visto por ahí, emigró desde África del Sur y ha ido colonizando regiones de otros continentes, fijando su hábitat, principalmente, en zonas con influencias marinas. Si bien estos OXALIS PES CAPRAE llegaron a mi bosquecillo madrileño en un cubo de abono que gentilmente me regaló el jefe de los jardineros del parque Berlín, cercano a mi domicilio en Madrid. Y desde Madrid se vino conmigo hasta La Mancha baja, hasta la Real Villa de Caudete donde cada otoño surge desde la profundidad de la jardinera para fenecer muy entrado el verano pero hasta entonces va sacándose esas guapas flores que alegran el entorno.
Esta planta es tomada en los Estados Unidos de América como invasiva y la tienen declarada la guerra (en España creo haber oído que también la tienen entre ceja y ceja) y ¡con razón! porque viene a ser en el reino vegetal lo mismo que el cuco en el reino animal de los emplumados, pues los cucos no hacen nidos donde las hembras depositen los huevos. La hembra del cuco pone sus huevos en los nidos de otros pájaros, principalmente insectívoros, y cuando eclosiona, el pájaro del cuco recién nacido lo primero que hace es expulsar del nido a los pollicos que hayan nacido y a los huevos a punto de eclosionar, de modo y manera, que se queda solo y al ser tan grande y los padres adoptivos tan pequeños, los tiene muertecitos trabajando buscándo insectos para saciar su hambre voraz. El TREBOL, por su parte, hace otro tanto con todas las plantas que haya o surjan en la jardinera o en el lugar donde ellos se encuentren. Tal acontece, precisamente, en la jardinera, que tengo en el alféizar de una de las ventanas del claustro alto del convento, donde lleva una existencia placentera. Y, sin molestia alguna, disfrutan y merecen tal y como ves en las fotografías que te adjunto.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
19.2.2024. Lunes. (C. 1.810)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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