ESTAMPA CAUDETANA.
YA NO ESTABA EL SALICORNIO/
Volví a pasar por el mismo sitio, muchas veces lo hago, por allí donde la Avenida de las Jornetas se abre, de par en par, a un descampado que se extiende hasta la sierra Alázera y que se encuentra a la espera de que dos nuevos chalets sean levantados, a uno y otro lado de lo que, sin duda, será la calle dedicada al portugués, premio Nóbel de Literatura, José Saramago. Cada vez que deambuló a esa altura de la Avenida, echo un vistazo al lugar angosto existente entre la pared de un chalet y un pilote venido a menos, roto, porque en ese lugar quedó encajado hace algún tiempo un hermoso salicornio/a.
No sé si debido a la industria humana, creo que no, sino, más bien, al quehacer de los fuertes vientos que han venido con furia hasta nuestros lugares estos días de atrás. No me cabe duda de que ellos han sido los encargados de desencajar al trotamundos. Y lo creo así porque la violencia con que lo han hecho han dejado en el lugar como vestigios, algunas de sus ramitas.
Pero ahí no queda la cosa porque, el lugar angosto, no quedó libre del todo ya que, con toda seguridad, esos vientos que echaron abajo algunas de las ramas de los plataneros de sombra del entorno, encajaron a una de ellas, tal como ves en la fotografía, en el mismo lugar que ocupara, este tiempo de atrás, el salicornio/a.
Y, como me ha llamado la atención el comportamiento de los elementos atmosféricos, en este caso, el del viento recio, vuelvo a darte noticias del hecho que, a su vez, empleo para que te lleve mi saludo de hoy, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
8.3.2024. Viernes. (C. 1.829)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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