martes, 14 de mayo de 2024

La Vara de San José.

ESTAMPA CAUDETANA 

LA VARA DE SAN JOSÉ.

No, no podía faltar. En el convento de San José (El Carmen) no podía faltar LA VARA FLORECIDA DEL BUENO DE SAN JOSÉ. Y, ahí la tienes, asomadita al claustro barroco-toscano desde todo lo alto. 

Hunde sus raíces en una jardinera posaba en el alféizar de una de las ventanas del claustro alto, 

LA VARA DE SAN JOSÉ, 

Se hace acreedora a otro de los muchísimos nombres que recibe de la gente porque, aquel que le dan los botánicos, ALCEA ROSEA, estará muy bien, pero para ellos, no para la gente de a pie. La gente de a pie la llamamos VARA DE SAN JOSÉ y también MALVA REAL. 

Se ha acoplado estupendamente al lugar. Llegó hasta aquí desde el jardincico existente a la entrada de la parroquia de San Francisco de Asís donde germinaron algunas de las semillas de esta planta que allí se levanta hasta gran altura. Empezaba a vivir cuando la saqué, junto a otra que, como ésta luce guapa, aunque, todavía no florecida, en otra jardinera, del secarral en que se había convertido el lugarcico donde crecen sus congéneres, pues estaba destinada a morir  iremisiblemente. 

En la jardinera del claustro encontró buena tierra abonada y suelta donde se encontraron a gusto sus raíces y desde ellas se levanta, y en ello sigue, LA VARA DE SAN JOSÉ. 

Ayer abrió el primero de sus capullos y desplegó los pétalos de un blanco impoluto dejando al descubierto para su contemplación una preciosa flor a la que, sin duda alguna, seguirán otras muchas puesto que está plagada de capullos que vendrán a ornamentar y llenar de alegría a toda la foresta que pone su nota de vida al Amparo de las piedras talladas según los tipos de arte que ya te apuntaba anteriormente. 

Con certeza no se sabe de dónde procede esta planta de tanta prestancia que ha encontrado asiento en cuatro, de los cinco continentes, en África, no, según he leído en Internet. 

Hay quien apunta que procede de China y aventurando mucho, mucho, a lo mejor se la trajo de aquellos lugares el viajero por excelencia de la Edad Media, Marco Polo, en las albardas de sus caballerías que, en el viaje de ida hasta las tierras del Jenguis Kan, iban cargadas, entre otras muchas cosas, de bulbos de azafrán.

Como si fueran una flor más, en LA VARA DE SAN JOSÉ, prendo mi saludo para ti, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

14.5.2024. Martes. (C. 1.894)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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