ESTAMPA CAUDETANA.
TERCER DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DE GRACIA PATRONA DEL LUGAR.
Cuando salí de casa para cerrar el Manifiesto en la iglesia del monasterio de las Madres Carmelitas de clausura, eran las 17,30 horas, parecíame que iba por la calle apartando a mi paso las llamas de un incendio, ¡tanto calor hacía!
Ciertamente no habían fallado los chicos que nos apercibían, estos días de atrás, a través de la televisión de que, en esta cuarta ola de calor, el día de ayer, iba a ser morrocotudo. Y así fue, morrocotudo, que decía mi madre en circunstancias parejas cuando yo era niño.
Como otras veces, al concluir la liturgia del Manifiesto en la iglesia del monasterio de las Madres Carmelitas, decidí bajar dando un paseo hasta la glorieta de la Cruz con el fin de esperar allí a que llegara la alegre comitiva de la comparsa Tarik.
A lo largo del trayecto fui huyendo del sol que, de trecho en trecho se metía por algún hueco que dejaba libre la pérgola verde en la avenida de la Virgen de Gracia.
A la comparsa Tarik le tocaba, ayer, ir convocando a las gentes del lugar para asistir al tercero de los días de la novena en honor de la Virgen Santísima nuestra Madre de Gracia, Patrona de esta Real Villa de Caudete en su santuario.
Cuando llegué a la Glorieta no entré en el corralico donde se levanta el monumento a la Cruz y a la Virgen María de Gracia porque justo, en la entrada al mismo, coincidí con un par de lugareños con los que estuve departiendo hasta que el coche de la policía municipal con sus señales luminosas azules nos informaba de que la comitiva a cuya cabeza iba una preciosa volantico con el responsable a los que seguían mandos, la reina de fiestas y sus damas y autoridades, una banda de música y multitud de miembros de esta comparsa que, aún siendo la más joven de las esistentes en la Villa, cuenta, no obstante, con muchísimos afiliados.
Encontró eco en la sociedad caudetana, esta nueva comparsa de Tarik, allá por el año 1977 en que se desgajó de otra más antigua, la de Los Moros.
Camina alegremente, como lo hacía ayer hasta el Santuario de la Patrona, en busca de la celebración de sus primeras bodas de oro que tendrán lugar, justo, dentro de tres años.
Mientras esperábamos a que llegara la alegre comitiva de los de la comparsa Tarik en su paso hacia el santuario, permanecimos de pie, sin echar yo de menos el banco en el que hago reposar a mi soma cuando me llego hasta ese lugar tan tranquilo y recoleto. Como te decía antes, charlando acerca de algunas situaciones enervantes que se van presentando en el discurrir de los días y que son objeto del comentario, a veces muy duros de testigos, cómo fue el caso que nos planteó alguien del grupo.
No estábamos mal bajo la pérgola verde del Paseo de la Virgen de Gracia que impedía penetrar hasta nosotros los rayos que mandaba, inmisericorde, el sol, desde todo lo alto, en su ir hacia Occidente. El calor que se sentía, muy duramente en el casco urbano, allí era llevadero porque corría un vientecillo con fuerza suficiente para llevarse el calorazo que estaba dejando en el ambiente la cuarta ola.
Te dejo aquí, con mi saludo, el paso de la comparsa a la altura de la glorieta de la Cruz.
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
12.8.2024. Lunes. (C. 1.978)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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