ESTAMPA CAUDETANA.
SAN FRANCISCO DE PAULA.
Hoy nos trae el santoral para su celebración a un santo que vivió a lo largo del siglo XV (desde 1416 en que nace en el pueblo italiano de Paola) hasta poco tiempo después de inaugurarse el sigo XVI.
Ya, desde su adolescencia, buscó, en la soledad de una cueva, un encuentro en profundidad con Dios.
Y como el ejemplo atrae, otros se le fueron uniendo, aquellos que fueron tocados por el Espíritu Santo. Así que de su eremitismo inicial pasó a fundar una Orden Religiosa, la de los Mínimos que tenían por norma de vida una semejante a la de San Francisco de Asís, pero bastante más exigente, de ahí el nombre con el que se los conoce, LOS MÍNIMOS.
Tanto éxito tuvo que se extendió, dicha orden religiosa, por Italia, Francia Bohemia, España y Alemania.
Fue bendecido por DIOS con la gracia de la taumaturgia, para hacer milagros, muchos de ellos relacionados con el mar y sus artes por lo que, cuatro siglos después, el papá Pío XII, lo declararía, en los años cuarenta del siglo pasado, patrón de los marineros italianos.
Luis XI de Francia, enfermo de muerte lo llamó a su palacio del valle del Loira donde lo acompañó hasta su muerte. Luego, los sucesores lo mantuvieron en palacio hasta que rindió viaje, entregando su alma a Dios en 1507.
A estas altura, posiblemente, te preguntarás el ¿por qué me cuenta el avatar del Santo del día, de San Francisco de Paula?
Pues satisfago tú curiosidad:
" Porque en uno de los paños del claustro alto de este convento de San José (El Carmen) pende un cuadrito del Santo del día, de San Francisco de Paula, cuya faz oscurecida aposta por el o los pintores del Santo, a los que se añadió el paso del tiempo, lo han oscurecido un tanto. Es el que contemplas al inicio de estas letricas y que ves aquí debajo.
Voces autorizadas de personas que han pasado por este vetusto convento, yo se lo oí personalmente a la directora del museo de Arte de Alicante, hablaban de la antigüedad del lienzo y situaban su origen en la escuela de Velázquez.
Al no apreciarse firma de autor alguno, parece ser que fue algún alumno del pintor universal quien lo hiciera con alguna pincelada del maestro Velázquez, pues,ceso, era práctica común en aquel entonces.
Esa, y no otra, ha sido la razón por la cual te he hablado hoy del Santo cuya figura se entrevé en la oscura pintura enmarcada en un marco tan antiguo como la pintura que enmarca, y que cuelga en uno de los paños del claustro alto del convento de San José (El Carmen).
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
2.4.2025. Miércoles. ,(C. 2.192).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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