ESTAMPA CAUDETANA.
AHÍ ESTÁ. ESA ES MI ECHINOPSIS.
Sí, ahí están mis Echinopsis que, como si fueran el busto de una señora, lucen, en todo su esplendor, esa maravilla con que me ha han regalado esta mañana una de ellas y de la que yo me sirvo para que ilustre mis letricas de saludo mañanero para quienes tengan a bien ir a Amigos de la Historia Caudetana y leerme.
Con estos calores que hemos venido padeciendo hasta el presente las plantas que ponen su punto verde vivo al vetusto claustro barroco-toscano del convento de San José (El Carmen), me andaban pidiendo a gritos árnica, un poco de agua, aunque la mayor parte de ellas no sean otra cosa que verdaderos aljibes del líquido elemento que defienden, a capa y a espada, cubriéndose con un hato de espinas, salvo los Pericones, que llaman en mi pueblo y que en biología denominan don Diegos de Noche, aquellos de los que se sirvió el fraile agustino, el P. Méndez, para explicar la fecundación, pues, éstos, dejan caer sus hojas hasta la misma muerte si no se les suministra la gran bebida energizante para toda clase de seres vivos que no es otra que el agua.
Mientras sacaba algo a para regar, la descubrí. Eran las 10 horas y sabiendo que estás flores sin vistas y no vistas porque nacen durante la quietud de la noche y se cierran cuando el astro lustroso del cielo llega a su cénit en la mitad del día, dejé la goma y saqué el móvil con el fin de que no se me escapará y, así, pudiera presumir, delante de ti, de tal maravilla.
Ella, la FLOR de la mejor de mis ECHINOPSIS, aquella que un día presumió ante ti con 14 flores, como ésta, sacadas a la luz en una solo día, te lleva hoy mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
20.9.2025.Sábado. (C. 2.348).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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