Funcionan, funcionan.

ESTAMPA CAUDETANA.

FUNCIONAN, FUNCIONAN.

Pienso que aquellos que el Ayuntamiento ha contratado para que, subidos a las cazoletas de las grúas móviles, sitúen los elementos luminosos por todo lo alto en las calles y las plazas de la Real Villa de Caudete, estuvieron ayer colgando a lo largo de la calle que la Villa tiene dedicada a un personaje que, en su tiempo, fuera regidor mayor de la misma, Luis Pascual.

Y, por la tarde, cuando bajaba hacia la parroquia de San Francisco para celebrar la Sagrada Eucaristía de la víspera del segundo domingo de Adviento,  el sol ya se había "largado con viento fresco", y no digo una tontería porque  hacía frio, toda la calle aparecía encendida con la luz que despedían bombillitas que alternaban los brillos de  lucecitas blancas y verdes, éstas emulando un abeto encerradico en una especie de huevo bordeado por un hilo de luz blanca.

Tenía prisa y no me detuve para fijar el adorno luminoso en la pared de la cámara oscura de mi telefonillo. Fue después, a mi vuelta del acostumbrado paseo hasta la Glorieta de la Cruz, cuando, al subir por la calle la Zafra, al llegar a la calle del Alcalde, volvió a aparecer entre mí esa explosión de luz que hoy preside mis letricas. Y, claro, no dejé pasar la ocasión de sacar mi telefonillo para que me sirviera, tanta y tan bonita iluminación, de medio a través del cual pudiera acercarte, en el día de hoy, mi saludo mañanero. 

Yo creo que los técnicos llamados a suspender por los altos de la Villa caudetana los adornos luminosos se sirvieron de la calle dedicada al alcalde Luis Pascual para probar el nuevo motivo de luz y creo que habrán quedado satisfechos porque, FUNCIONA, FUNCIONA. Vaya si FUNCIONA.

Creo que van a dejar la Villa ahíta de luz, refulgente de luces de colores que nos hablarán de aquella otra Luz, la LUZ DE DIOS,  que, una vez,  encendió al mundo al nacer como uno de nosotros, Aquella Luz, aquella Antorcha de Luz, que no era otra que la que trajo al mundo la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Jesús, al hacerse hombre en las entrañas purísimas de una jovencita nazaretana, Mirian, que, a la sazón, estaba ya comprometida en matrimonio con el joven carpintero de la aldea, José, descendiente de la tribu y progenie de David.

Recibe mi saludo, mis

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

7.12.2025. domingo. (C. 2.411).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.