jueves, 8 de marzo de 2018

ESTAMPA CAUDETANA. El Latín sigue Vivo



ESTAMPA CAUDETANA.
EL LATÍN SIGUE VIVO.

- Unas palabras, letras que no son letras,: «XXXI-V-MMXV y un corazón». Ahí donde las ves, esas letras, son unos números que se traducen a nuestro idioma «31-5-2015» Así aparecían, se escribían, los números en la lengua madre, en LATÍN, que dio a luz a unas cuantas lengua romances,  entre otras, al castellano, al portugués, al francés, al rumano, al italiano que luego evolucionarían, localmente, en otras lenguas, Valenciano, Catalán, Gallego, Provenzal, Sanmarinés y dialectos... por todo el mapa de Europa. Ahí, en la tapia encalada de las MADRES CARMELITAS. «las encerrás» pone, traducido al castellano, TREINTA Y UNO DE MAYO DE DOS MIL QUINCE y le sigue un corazón, símbolo que es de amor. No, nos dice más. Aunque, bien mirado, nos está poniendo en antecedentes de que aquel cuya mano, provista de negra tinta con la que embadurnó la deficientemente encalada pared de la huerta del Monasterio de LAS MADRES CARMELITAS, en primer lugar, que algo de Latín sabe, pues el escrito es perfecto, nos dice también que es un mensaje secreto aunque esté bien visible ya que lo está a la vista de todo aquel que va y viene por el camino de la Virgen de Gracia hacia su santuario. Y digo secreto porque no está dirigido a todo el gentío, sino solo a una persona, imagino yo que será para una guapa mocita que, de ordinario, pasa por ese lugar, dejándonos en ayunas a los demás. Nos habla de un día concreto, del 31.5.2015. Nos habla de ahora, no del siglo pasado, ni de otros siglos más pretéritos. Nos habla de gente joven, quizá un poco vergonzosa, que no se atreve a decirlo de tú a tú, a la cara de la persona afecta y emplea la muralla a pesar de que al hacerlo, entre dentro de aquel grupo que, el dicho popular encerró en el verso que viene teniendo carta de ciudadanía, desde mediado el siglo pasado, entre nosotros, hasta ahora mismo: «el papel de la canalla es la muralla».  Nos habla de que, al escribiente, le importa un bledo que le encasqueten tal peyorativo apodo. Nos habla, sobre todo, pienso yo, de una fecha clave en la vida de dos personas, de una fecha en que daban por terminado algo y algo nuevo comenzó, algo se puso en marcha, de que algo vino a SER. Y el símbolo con que termina el graffitti, un corazón, nos dice a gritos que lo que aquel TREINTA Y UNO DE MAYO aconteció tuvo que ver con el compromiso, tuvo que ver con el AMOR.
Ahí te va de forma directa mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
8.3.2018 Jueves. P. Alfonso Herrera. O. C.

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