jueves, 12 de julio de 2018

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ESTAMPA CONVENTUAL.
«...»

«Tot caput, tot sententia», dice el aforismo latino. Que en castellano puede traducirse por  «cada cabeza es de o tiene un parecer, una idea, una teoría»
- Ayer mañana, cuando volvía mi compañero el P. Ángel, de celebrar la Eucaristía con las monjas carmelitas de clausura del monasterio del Sagrado Corazón de aquí de Caudete, le salió al paso una señora mayor que, tras saludarle con todo afecto (el P. Ángel aquí en el pueblo es una figura emblemática aunque no tiene su asiento, todavía, en ningún cuartel del escudo de la Villa. Ya te he hablado de él alguna vez), le hizo entrega de una gran bolsa, una de esas con las que se hace propaganda, después de cobrarla, por supuesto, una de esas grandes superficies que te arreglan, también, cualquier necesidad que te surja en casa, porque tocan todos los temas relacionados con el hogar, llena de mendrugos de pan duro.
- - «P. Ángel ahí le entrego esos mendrugos para EL GALLITO  tan guapo que tienen en EL CONVENTO. ¿Sabe? Me gusta como canta. Me alegra el día, incluso desde antes de que salga el sol»
- El P. Ángel, que es la bondad misma andando despacito, despacito, me dijo que le puso una sonrisa, (el P. Ángel siempre se está riendo y por eso pisa poco por la farmacia), de oreja a oreja. Pero no tuvo el ánimo de bajarla de la «nube», de su ilusión. No le dió el disgustazo de comunicarle que EL GALLO del CONVENTO ya no estaba gobernando el CORRALÓN DEL CONVENTO. No le dijo que unos paisanos le habían hecho levantar el vuelo para volver allí desde donde vino, al molino de Francisco, porque ¡y que les molestaba! Y, de esto, ya hace 12 días.
-  El P. Ángel que, como te he dicho, tiene tanta bondad que se le escapa por cualquier resquicio de su ser, tuvo la delicadeza de dejarla en su nube para que no sufriera. La buena mujer, cargadica de años, SEGUÍA OYÉNDOLE como si, de verdad, cantara el GALLO en el CORRALÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ y ella se pone contenta cuando, dice, que oye cantar al GALLO.
Oye, ya te decía al principio que, cada cabeza alberga una opinión acerca de un hecho, una realidad o cosa. Pues ¿sabes? Creo que la gente que nos pregunta con nostalgia por el GALLO QUE CANTABA EN EL CORRALÓN DEL CONVENTO, al presente, supera a aquellos que se quejaron por los sonoros y «guapos» KIKIRIKÍS que entonaba el GALLO sacando pecho mientras venía a decir que, en el CORRALÓN DEL CONVENTO mandaba él y sólo él. Con decirte que, un día me encontraba yo regando unas matas de fresas suspendidas en alto para que no fueran pasto de los picos de las gallinas,  se vino hacia mí con las alas en jarras, los ojos crispados, unos kikirikís característicos de estar en pie de guerra, vamos con ganas de pelea y actitud de pocos amigos. Tan es así, que tuve que librarme de él sacudiéndole con las dos garrafas de plástico con capacidad para ocho litros de agua, con las que acababa de regar las fresas y una malva real. ¡Todo un genio! ¡Sí señor! ¡Todo un ejemplar único. Estoy seguro que en su cabeza, coronada por una guapa cresta, se había cocido la idea de que yo le hacía la competencia. Y, claro, en el gallinero... solo hay espacio para un GALLO  y en el CORRALÓN el GALLO, GALLO, lo era él. Me dejaba claro que yo, allí, «ni pinchaba ni cortaba», vamos «que no pintaba ni copas».
Plegó sus alas, dio media vuelta y murmurando alguna gruesa palabrota en el lenguaje gallináceo se fue por donde vino a unirse a sus cinco protegidas ¡Qué «tío» el GALLO QUE FUERA REY DEL CORRALÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ!

Sobre una de las canciones imaginarias de esas que escucha cantar al GALLO la buena señora que ayer por la mañana entregó un bolsón de mendrugos de pan duro al. P. Ángel, te va mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
12.7.2018. Jueves. 6° día de la novena en honor de la Virgen María del Monte Carmelo.
P. Alfonso Herrera, O. C. alfonsoherr@gmail.com

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