miércoles, 24 de octubre de 2018

La Riera Grande de el Campello


ESTAMPA FORÁNEA.
LA RIERA GRANDE DE EL CAMPELLO.


No están aquí mis antiguos compañeros de fatigas, Joaquín y su esposa María del Carmen, que lo fueron a lo largo de seis lustros, en las labores de la enseñanza en aquel colegio de buen recuerdo, San Pablo CEU de Montepríncipe, en Boadilla del Monte de Madrid.
De haber estado todavía aquí, (se marcharon a Madrid porque un quehacer maravilloso les reclamaba: "la atención a sus nietos"), disfrutando de un tiempo estupendo más de una vez hubiéramos compartido algunos ratos. Y, para ello, me hubiera sido ineludible  atravesar el puente sobre la riera para poder llegar hasta su casa en la TORRE DEL ESPIGÓN que se encuentra al final del Carrer de San Vicent, que es el que pone nombre al paseo de la mar en El Campello.
El puente sobre la riera es largo y de buena factura. Parece que los ingenieros de caminos se curaron en salud porque hace unos años, me dice mi primo, se vino abajo una gota fría por estos pagos y, a la torrentera que recoge las agua de la cuenca fluvial particular, se le inflaron los "mofletes" y tanta agua afluyó a la riera, casi siempre seca, que al llegar al puente viejo le arremetió con tal fuerza que le hizo añicos y se llevó los restos hasta el mar.
Varios años llevo viniendo a El Campello para pasar unos días de desconexión y nunca, digo, nunca, he visto correr ni un hilillo de agua por debajo de los espacios libres del largo puente. Este año, por el contrario,  y "contracorriente" estoy viendo que corre el agua, no mucha, pero discurre. Ha llenado algunos espacios y, a esos espacios, han venido a establecerse una familia de patos salvajes, otra de pollitas de agua con su línea blanca que rompe toda la uniformidad de su color negro, una garza real que no consintió, que no aceptó, ser fotografiada y levantó vuelo y una garcita pequeña blanca como la nieve.
 Parece ser que el agua que fluye es el que dejó caer el cielo el domingo día 14 en los montes que ponen coto a La Mancha para que no se acerque hasta la costa y un chaparrón de quince minutos una de estas noches de atrás. Total, poca cosa, porque la gota fría gorda se desmelenó por Vinarós y otra pariente más dañina, lo hizo por la zona de influencia de Antequera y de Ronda.

Seco del todo, vuela hasta ti mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
24.10.2018. Miércoles. P. Alfonso Herrera, O. C.

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