miércoles, 21 de noviembre de 2018

La Flor del Agua


ESTAMPA CONVENTUAL.
LA FLOR DE AGUA.
La verdad, no salgo de mi asombro.
¿Qué te parece?
La muy pindonga se ha salido de madre. No voy a creer que sea un acontecimiento venido a ser por el impulso del cambio climático, pues es bien sabido, lo afirman los libros de jardinería, que de esto saben cantidad: "LA FLOR DE AGUA florece cuando la primavera trae consigo luz, calorcito y las primeras aguas". Desde luego, yo nunca he visto escrito que la FLOR DE AGUA ande saliendo de su bulbo soterrado a lucirse fuera del tiempo primaveral o, incluso, hasta que el verano está a punto de instalarse.
Pues mira, en una de las ventanas del vetusto CONVENTO DE SAN JOSÉ, la tienes, vuelta su corola a levante tratando de aprovechar la fuerza, poca, que trae el sol, cuando le da por salir porque, últimamente se hace el remolón y hay días en que no corre las cortinas y, no es que él permanezca impune en penumbra, que no, sino que a los que castiga con su actitud remolona de otoño avanzado, es a todo quisque, a hombres, a animales y a toda la foresta.
 ¡Mira que tiene bemoles, la cosa!
Ahí la tienes. Bien guapetona aunque me parece a mí que anda un poco tristilla porque, pienso, que abrigaría la esperanza de encontrarse, si no con colegas, con otras lindas flores y ya ves el panorama que tiene delante, los nogales no sólo no tienen flores, sino que tampoco tienen sus preciosas copas tupidas de hojas. Solo algunas les quedan a la espera de un vientecillo suave para dejarse caer y favorecer el ensimismamiento o el sueño durante su noche invernal.
El P. Ángel, rastrillo en mano, ha llenado cinco o seis sacos con las hojas caídas y anda a la espera de que planeen las poquitas que quedan y así aparezcan las nueces que, todavía, se sostienen pegadas a las ramas, sin camuflaje, sin escondite posible. Este P. Ángel se las sabe todas. Siempre "a lo suyo, a lo suyo", que suele decir: "Ángel tú, a lo tuyo, a lo tuyo".
Sí, algo de triste sí que tiene que estar LA FLOR DE AGUA  porque la soledad es muy, pero que muy, mala. Claro que "lo cortés no quita lo valiente" y lo guapa y la hermosura lo tiene de su natural y no puede renunciar a ella ni aunque haya aflojado el sol su luz.
Otea el corralón y contempla, haciendo mohínos, todo el suelo alfombrado por las hojas caídas de sus vecinos los nogales y, allí abajo, están las gallinas escarbando en busca de algún bichero que llevarse al pico.

Sin temor al húmedo frío sale planeando a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.11.2018. Miércoles. P. Alfonso Herrera, O. C.

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