ESTAMPA CAUDETANA.
SE FUE LA DANA SIN DAR LA CARA EN EL CAMPELLO.
SE FUE LA DANA SIN DAR LA CARA EN EL CAMPELLO.
Foto 1 Carrer Ginjoler.
Foto 2. Árbol Ginjolero.
Jinjolero o Azufaifo.
Ayer, otra vez, tras finalizar la Eucaristía en la capillita que, de ordinario, emplean los PP .Salesianos para celebrar actos litúrgicos y de oración con los alumnos del colegio, aquí en El Campello, me fui, como cada día, a hacer mi tradicional senderismo, ya te puse en antecedentes ayer. Pues, mira, en ese ir andorreando por el Reial Camín de la Villa Joiosa llegué hasta el Carrer del GINJOLER. Ahí arriba lo ves. Enseguida se me abrió la ventana de par en par y apareció Joaquina (Joaquina la hija de Eugenio y de Carmen) porque, este tiempo de atrás, después de haber dado la comunión a sus padres que, por estar cansados por el peso de sus años, no suelen acercarse a la parroquia, salió en la conversación el árbol que levantaba sus ramas hasta el primer piso. Le pregunté por su nombre y me dijo es un JINJOLERO, da un fruto pequeñito muy parecido a las manzanas y nos tiene el patio asilvestrado porque al caer sus frutos germinan y lo llenan todo.
Le pedí un plantón y dos días después ya me le tenía preparado. Cuando venga la primavera lo plantaré en el corralón del convento de San José (El Carmen) defendiéndole del temible pico de las gallinas que campan por él. Ya me había hablado de este árbol mi sobrino Ángel del que, incluso, me había dado un par de semillas:
" Como eres tan aficionado a las plantas, anda, mira a ver si te germinan. Es una planta que quiere ser árbol pero lo catalogan entre los arbustos que suelen alcanzar hasta los diez metros. Se da mucho por la región levantina y les vino a los lugareños de maravilla porque está saturado de vitamina C y les arregla las vías respiratorias.
Y, como había hecho el día anterior bajo la lluvia, hice ayer. Tiré por él. El agua había desaparecido totalmente. El carrer de Santander estaba expedito. El aire y los calores de un sol un tanto envejecido, pero todavía con fuerzas, habían subido hasta el cielo el agua que había hecho impracticable el camino el día anterior. El carrer del Ginjoler se abría, todo él para que contemplara a TARJA I. Tarja no es un ciprés aunque tiene vocación de tal porque crece y crece hasta la planta 21 para hacerle cosquillas al cielo, como el celebérrimo ciprés que crece y sube y sube en el claustro del monasterio de Silos, allá en Burgos, pero mucho más alto. Se propuso Tarja I° llegar a ver la capital y creo que lo consiguió lo que no creo es que consiga ver el archipiélago mayorquín. Pero alto, alto, es un rato. Pocos son los edificios, si es que hay alguno, que le miren de arriba a abajo.
Mírale:
Jinjolero o Azufaifo.
Ayer, otra vez, tras finalizar la Eucaristía en la capillita que, de ordinario, emplean los PP .Salesianos para celebrar actos litúrgicos y de oración con los alumnos del colegio, aquí en El Campello, me fui, como cada día, a hacer mi tradicional senderismo, ya te puse en antecedentes ayer. Pues, mira, en ese ir andorreando por el Reial Camín de la Villa Joiosa llegué hasta el Carrer del GINJOLER. Ahí arriba lo ves. Enseguida se me abrió la ventana de par en par y apareció Joaquina (Joaquina la hija de Eugenio y de Carmen) porque, este tiempo de atrás, después de haber dado la comunión a sus padres que, por estar cansados por el peso de sus años, no suelen acercarse a la parroquia, salió en la conversación el árbol que levantaba sus ramas hasta el primer piso. Le pregunté por su nombre y me dijo es un JINJOLERO, da un fruto pequeñito muy parecido a las manzanas y nos tiene el patio asilvestrado porque al caer sus frutos germinan y lo llenan todo.
Le pedí un plantón y dos días después ya me le tenía preparado. Cuando venga la primavera lo plantaré en el corralón del convento de San José (El Carmen) defendiéndole del temible pico de las gallinas que campan por él. Ya me había hablado de este árbol mi sobrino Ángel del que, incluso, me había dado un par de semillas:
" Como eres tan aficionado a las plantas, anda, mira a ver si te germinan. Es una planta que quiere ser árbol pero lo catalogan entre los arbustos que suelen alcanzar hasta los diez metros. Se da mucho por la región levantina y les vino a los lugareños de maravilla porque está saturado de vitamina C y les arregla las vías respiratorias.
Y, como había hecho el día anterior bajo la lluvia, hice ayer. Tiré por él. El agua había desaparecido totalmente. El carrer de Santander estaba expedito. El aire y los calores de un sol un tanto envejecido, pero todavía con fuerzas, habían subido hasta el cielo el agua que había hecho impracticable el camino el día anterior. El carrer del Ginjoler se abría, todo él para que contemplara a TARJA I. Tarja no es un ciprés aunque tiene vocación de tal porque crece y crece hasta la planta 21 para hacerle cosquillas al cielo, como el celebérrimo ciprés que crece y sube y sube en el claustro del monasterio de Silos, allá en Burgos, pero mucho más alto. Se propuso Tarja I° llegar a ver la capital y creo que lo consiguió lo que no creo es que consiga ver el archipiélago mayorquín. Pero alto, alto, es un rato. Pocos son los edificios, si es que hay alguno, que le miren de arriba a abajo.
Mírale:
Foto 3. Torre Tarja (1)
Foto 4 Torre Tarja (2)
La urbanización abre su puerta a una calle que tiene nombre de otro árbol muy extendido por estos lares, el granado:
Foto 5 Carrer de Magraner.
Este árbol vino desde el norte de África y de la China y nos trajeron la granada, su fruto, que le arregla a los hombres los asuntos de próstata.
Esta calle solo tiene dos números. Uno a la derecha, el 2 que es el de TARJA I° y el 1 que da entrada a otro gran edificio que constituye, como su vecino, toda una urbanización.
La urbanización abre su puerta a una calle que tiene nombre de otro árbol muy extendido por estos lares, el granado:
Foto 5 Carrer de Magraner.
Este árbol vino desde el norte de África y de la China y nos trajeron la granada, su fruto, que le arregla a los hombres los asuntos de próstata.
Esta calle solo tiene dos números. Uno a la derecha, el 2 que es el de TARJA I° y el 1 que da entrada a otro gran edificio que constituye, como su vecino, toda una urbanización.
Ayer no bajé al paseo de La Mar por el carrer de Bilbao,
bajé por el carrer de la capital del principado de Asturias:
Foto 6 Carrer D'Oviedo (1)
Foto 7 Carrer D'oviedo (2)
De no haber bajado por ese carrer tirando de mí mismo, hubiera terminado en la mar, que hoy andaba un poquitín picada, porque es muy pendiente, como puedes observar.
El Paseo de la Mar era otro. Había desaparecido todo vestigio de agua. Pareciera que toda la que cayó en el día precedente se hubiera esfumado por ensalmo. El sol, al igual que hiciera con el agua de tierra adentro, también se llevó para el cielo aquella que empapó mi calzado en las zonas hundidas del Paseo de la Mar.
De no haber bajado por ese carrer tirando de mí mismo, hubiera terminado en la mar, que hoy andaba un poquitín picada, porque es muy pendiente, como puedes observar.
El Paseo de la Mar era otro. Había desaparecido todo vestigio de agua. Pareciera que toda la que cayó en el día precedente se hubiera esfumado por ensalmo. El sol, al igual que hiciera con el agua de tierra adentro, también se llevó para el cielo aquella que empapó mi calzado en las zonas hundidas del Paseo de la Mar.
Foto 8 Paseo de la Mar
Desde el paseo, la urbanización TARJA I° lucía primorosa.
Desde el paseo, la urbanización TARJA I° lucía primorosa.
Foto 9 Torre Tarja desde el Paseo de la Mar.
Para mí, si El Campello fuera un barco abriéndose camino en la mar procelosa, cual carabela conquistadora, ese grandioso edificio del pueblo costero, constituiría el carajo desde donde los galeotes que allí se encuentran instalados otearán el horizonte gritando, mientras señalan con la mano, ¡tierra!¡tierra!¡tierraaaa!
Allí donde las olas de la mar se rompen y desaparecen fundiéndose con la fina arena, una persona andaba poniendo color en su busto, ahora, cuando el sol estaba subiendo cielo arriba, para alcanzar su cénit, acariciaba con sus rayos, cual pinceles, la espalda de la anónima persona andante.
Para mí, si El Campello fuera un barco abriéndose camino en la mar procelosa, cual carabela conquistadora, ese grandioso edificio del pueblo costero, constituiría el carajo desde donde los galeotes que allí se encuentran instalados otearán el horizonte gritando, mientras señalan con la mano, ¡tierra!¡tierra!¡tierraaaa!
Allí donde las olas de la mar se rompen y desaparecen fundiéndose con la fina arena, una persona andaba poniendo color en su busto, ahora, cuando el sol estaba subiendo cielo arriba, para alcanzar su cénit, acariciaba con sus rayos, cual pinceles, la espalda de la anónima persona andante.
Foto 10 Paseante por la vera de la Mar.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
24.10.2019. Jueves. P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
24.10.2019. Jueves. P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días P Alfonso sus comentarios, un día más nos traslada a conocer un poco más y a través de esas fotos tan bonitas El Campello le deseo siga bien su descanso en dicho lugar. Que tenga un buen día.
ResponderEliminarUn primor de buenos días ...con frutos sabrosos y medicinales ...con monumentos altivos ....con comentarios detallados .
ResponderEliminarUn dominio perfecto de nuestra grandiosa lengua española .
Gracias por tanta riqueza compartida,Padre.
Las fotos maravillosas .
ResponderEliminarTambién yo soy muy aficionada a la fotografía ....me gusta mucho .
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