ESTAMPA CAUDETANA.
ATARDECER EN VENECIA
ATARDECER EN VENECIA
El martes, día 12, se produjo lo indeseado. Al mar Adriático le dio por
hacer de las suyas y se saltó las paredes de los canales que, tan famosa, han
hecho a VENECIA, junto con las góndolas que por ellos van de un lado a otro
transportando de todo, pero principalmente turistas hábidos de empaparse
con la REINA DEL ADRIÁTICO, con ella, con VENECIA, ya sea contemplándola
desde las góndolas, ya sea paseando por la Plaza de San Marcos, ya sea
visitando tan magnífica catedral, ya sea pasando por debajo o subiendo las
escaleras del PUENTE DE LOS SUSPIROS, llamado así porque por allí pasaban los
facinerosos que habían sido encontrados culpables de algo gordo que mereciera
la muerte. Los pobres tan mal lo pasarían en las mazmorras de la señoría
o porque les esperaba "la vestida de negro con capucha caída" en la
plaza pública para general escarmiento, que, cuando eran sacados para colgarlos
o para quemarlos vivos o para degollarlos, que a todo eso condenaban entonces,
puesto que no se andaban con chiquitas, suspiraban, los pobrecicos, al pasar
por él, por el famoso puente.
- Ininterrumpidamente nos vienen dando noticia gráfica las televisiones sobre
el acontecimiento, porque, este hecho, no deja de ser un gran acontecimiento
que, repercute en todo el mundo.
- Ha subido el agua, como nunca, inundándolo todo, dicen algunas informaciones que un metro y ochenta centímetros. Así que se ha colado en todos los edificios y no te cuento cómo se ha metido en la catedral de San Marcos, edificio emblemático de la ciudad con el palacio de la Señoría, el Puente de los Suspiros y toda ella en general. Dicen que hace muchísimos años ocurrió algo parecido. Andan los políticos, despacito, tratando de cortarle el paso al agua del mar Adriático para que no asuste a la ciudad, pero por unos y por los otros... Venecia sigue sin proteger.
- Ha subido el agua, como nunca, inundándolo todo, dicen algunas informaciones que un metro y ochenta centímetros. Así que se ha colado en todos los edificios y no te cuento cómo se ha metido en la catedral de San Marcos, edificio emblemático de la ciudad con el palacio de la Señoría, el Puente de los Suspiros y toda ella en general. Dicen que hace muchísimos años ocurrió algo parecido. Andan los políticos, despacito, tratando de cortarle el paso al agua del mar Adriático para que no asuste a la ciudad, pero por unos y por los otros... Venecia sigue sin proteger.
- Nuestro gran Acuarelista, RAFAEL REQUENA, no estuvo presente cuando las aguas
perdieron la vergüenza y se subieron, como ahora, por todo lo alto de la ciudad
(en esta ocasión no ha podido ser testigo porque ya murió) y sabes por
qué, pues porque hubiera tirado de espatulicas y pinceles y, enseguida, hubiera
puesto en el papel los colores a una linda acuarela, técnica pictórica en la
que nadie le mojaba la oreja, con la que nos diera cuenta del hecho. Cuando él
estuvo en Venecia ya habían pasado veinticinco años desde la última vez que el
Adriático le jugó una mala pasada a la ciudad y a los venecianos, así que se
encontró una ciudad despreocupada, con un mar en calma chicha y las góndolas
moviéndose al ritmo que les marcaba el venir de las olas, pero de puntillas,
con unos movimientos de esos que no marean. Seguro que el tren o el autobús le
dejó en Venecia a la atardecida de un día de 1993 y sin deshacer las maletas,
salió en unión de Fina, su mujer, a pasear, llegando hasta la misma orilla de
la bahía y, ante el espectáculo grandioso que aparecía ante sus ojos, echó mano
de un lápiz y de su libretica de notas y tomó prestados unos apuntes para luego
contarnos cómo atardece en Venecia. Estoy seguro que Fina, con esa pupila que
tienen las mujeres, le apuntaría:
- "Rafael, Mira. Fíjate, Rafael. No te olvides de aquello. Eso que ves ahí, debes tenerlo en cuenta..."
- Y fruto de aquella visión y de las advertencias de Fina, su mujer, en aquel primer día en Venecia de aquel año de 1.993 pudo, luego, contarnos cómo estaba de tranquilo el mar, cómo su colega el sol, que se estaba viniendo para España, dejaba unos colores inigualables en su gran bastidor que es el cielo, tenuemente nublado, de la ciudad de los canales y, también, cómo el calor de la tarde que dejaba atrás el sol en su marcha hacia occidente, estaba levantando, desde la superficie del mar, una cortinilla blanca, vaporosa para envolver a las góndolas creando, así, un ambiente donde poder disfrutar de un merecido descanso.
- RAFAEL REQUENA, nuestro Rafael, fue un hombre que compartió con todo el mundo aquello que le era dado conocer.
Si el martes pasado hubiera vivido, nos habría hablado de la travesura que el mar Adriático le ha hecho a Venecia subiéndose paredes arriba hasta casi los dos metros (1,87).
- "Rafael, Mira. Fíjate, Rafael. No te olvides de aquello. Eso que ves ahí, debes tenerlo en cuenta..."
- Y fruto de aquella visión y de las advertencias de Fina, su mujer, en aquel primer día en Venecia de aquel año de 1.993 pudo, luego, contarnos cómo estaba de tranquilo el mar, cómo su colega el sol, que se estaba viniendo para España, dejaba unos colores inigualables en su gran bastidor que es el cielo, tenuemente nublado, de la ciudad de los canales y, también, cómo el calor de la tarde que dejaba atrás el sol en su marcha hacia occidente, estaba levantando, desde la superficie del mar, una cortinilla blanca, vaporosa para envolver a las góndolas creando, así, un ambiente donde poder disfrutar de un merecido descanso.
- RAFAEL REQUENA, nuestro Rafael, fue un hombre que compartió con todo el mundo aquello que le era dado conocer.
Si el martes pasado hubiera vivido, nos habría hablado de la travesura que el mar Adriático le ha hecho a Venecia subiéndose paredes arriba hasta casi los dos metros (1,87).
Causando unos destrozos valorados en 1.000 millones de
euros, dice la autoridad italiana entendida en esta clase de eventos.
El cuadro que ves al principio es una acuarela de RAFAEL REQUENA sobre papel de 56x76 que se encuentra en el Museo de Albacete, al que regaló mucha de su obra. Lleva por título ATARDECER EN VENECIA 1.993
Yo no he visitado el museo. La fotografía que te presento de esa obra la he tomado de la página 76 del catálogo (*) confeccionado con obras suyas del homenaje que le fue tributado, conjuntamente, por Caudete, Marzo de 2004 y Albacete, Abril de 2004.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.11.2019. Martes.
El cuadro que ves al principio es una acuarela de RAFAEL REQUENA sobre papel de 56x76 que se encuentra en el Museo de Albacete, al que regaló mucha de su obra. Lleva por título ATARDECER EN VENECIA 1.993
Yo no he visitado el museo. La fotografía que te presento de esa obra la he tomado de la página 76 del catálogo (*) confeccionado con obras suyas del homenaje que le fue tributado, conjuntamente, por Caudete, Marzo de 2004 y Albacete, Abril de 2004.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.11.2019. Martes.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
(*) El catálogo me le ha cedido temporalmente Paco, el Nieto de Bienvenido.
ADEMÁS:
El sábado hubo pasacalles. Una de las cuatro bandas existentes en el pueblo, no sé cuál, anunció su salida a recorrer las calles del pueblo con una serie de bombas de artificio que llenaban los cielos de la Real Villa de Caudete de humo blanquecino mientras dejaban caer sobre las casas, calles y plazas ruidos de esos que podemos calificar de "gordos" que pusieron de pie al personal, vamos que, en un sábado, les echaron de la cama. Pero como estamos en Caudete, Villa musical por excelencia, lejos de causar incomodo, trajo alborozo.
Cuando la banda entró en mi calle, la de El Molino, allá abajote nos mandaba sus sones calle arriba así que me asomé a la ventana y la pesqué en su salsa cuando pasaba ante las recias paredes del vetusto convento de San José (El Carmen) hasta que desaparecieron al doblar en la esquina de la iglesia, ya en la plaza de el Carmen, para amenizar a los vecinos de la calle Mercado. Poco a poco las notas de la banda fueron cayendo suavemente en los silencios del pentagrama, pues ya no los oía yo desde la ventana del convento.
(*) El catálogo me le ha cedido temporalmente Paco, el Nieto de Bienvenido.
ADEMÁS:
El sábado hubo pasacalles. Una de las cuatro bandas existentes en el pueblo, no sé cuál, anunció su salida a recorrer las calles del pueblo con una serie de bombas de artificio que llenaban los cielos de la Real Villa de Caudete de humo blanquecino mientras dejaban caer sobre las casas, calles y plazas ruidos de esos que podemos calificar de "gordos" que pusieron de pie al personal, vamos que, en un sábado, les echaron de la cama. Pero como estamos en Caudete, Villa musical por excelencia, lejos de causar incomodo, trajo alborozo.
Cuando la banda entró en mi calle, la de El Molino, allá abajote nos mandaba sus sones calle arriba así que me asomé a la ventana y la pesqué en su salsa cuando pasaba ante las recias paredes del vetusto convento de San José (El Carmen) hasta que desaparecieron al doblar en la esquina de la iglesia, ya en la plaza de el Carmen, para amenizar a los vecinos de la calle Mercado. Poco a poco las notas de la banda fueron cayendo suavemente en los silencios del pentagrama, pues ya no los oía yo desde la ventana del convento.
En las noticias está saliendo la situación de Venecia.
ResponderEliminarTus buenos días hoy están impregnados de la magia de traer el ayer y hacerlo actual en los cuadros de Rafael y su historia personal .
Un excelente martes,Padre.
El atardecer en Venecia es auténticamente único .
ResponderEliminarRefleja la sensibilidad artística del autor .
La música y la pólvora ,la fiesta de Caudete no descansan .Es su característica más sobresaliente .
ResponderEliminarLa música y los caudetanos somos uno nos gusta tanto q perdemos enseguida los papeles nos ponemos enseguida con los bailes desfiles etc'
ResponderEliminarIssbel M pagan seva.
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