lunes, 18 de noviembre de 2019

El Beato P. Alberto Marco Alemán


ESTAMPA CAUDETANA.
EL BEATO P. ALBERTO MARCO ALEMÁN.
Aquel día, cuando el sol pasaba por la vertical de la Real Villa de Caudete, lloró.
Todavía era de noche. Ni siquiera el sol había mandado, a aquella hora, a sus ejércitos por delante para que le abrieran camino, cuando un esbirro le llamó en voz alta:
Marco Alemán, ¡Sal! ¡Date prisa porque vas de viaje! ¡Rápido!
El P. Alberto andaba con problemas estomacales. Sus movimientos eran torpes. Se despidió de su compañero. Sabía que el viaje aquel que le anunciaban tenía destino, pero no vuelta. lo sabía él y lo sabía su compañero. Aquel abrazo con el cirineo que en los últimos días le echó una mano y, sobre todo, le ayudó a mantener la hermosa puerta de la comunicación permanentemente abierta, haciendo posible la salida del hondón de sí mismo, tuvo que ser un segmento de gloria que el Señor ponía a su disposición, como aquel ángel que acompañara a Cristo en su soledad del Huerto de los Olivos.
No fue fácil su camino. Los que le conducían hasta el camión no eran hermanitas de la caridad, pero él no se lo tenía en cuenta, los disculpaba. Ya le esperaban en lo alto de la caja de la camioneta. Todo seguía oscuro no se veían las caras pero sus compañeros oían su voz tranquila, pausada, afectuosa, mientras les preparaba para el holocausto, animándoles. Cristo lo envolvía todo y también a ellos, podía decirse que su charla era como el aceite que tranquiliza las olas de un mar embravecido para poder llevar a cavo el salvamento de los marineros de un barco a la deriva desarbolado por la galerna.
La oscuridad, como boca de lobo, iba engullendo la camioneta que transportaba a los testigos (mártires de Cristo), a medida que iba salvando la treintena de kilómetros que separaban la cárcel de Díaz Porlier del lugar de la ejecución.
Hace hoy 83 años, un individuo con mano impregnada de olor a pólvora y no a tinta de colegial (la cárcel de Díaz Porlier era un colegio) (¡tantos había mandado sacrificar en Paracuellos del Jarama!), había firmado los papeles en que se "les concedía la libertad".
¡Qué contradicción visto desde nuestro planteamiento humano! Y, no obstante, ¡qué VERDAD! porque esa firma era la llave que les abriría la PUERTA PARA LA VIDA EN PLENITUD, la INMORTALIDAD FELIZ OTORGADA POR DIOS PADRE EN LA PERSONA DE JESÚS, SU HIJO. El que firmaba no tenía idea del gran favor que les hacía al martirizarles por la fe. Seguro que, un hombre sin conciencia, un tal es lo que hoy llamamos robot, (luego, cuando disfrutara de impunidad se justificaría diciendo "que fueron asuntos o actos de guerra") "dormiría a pata suelta" a aquellas horas previas al amanecer en que un grupo de gente inocente, azotados por un viento frío que les helaba la sangre estaba ya en las cercanías del altar del sacrificio situado delante de unos pinos albares que, todavía hoy, conservan las heridas que les causaron las balas que acabaron, antes, con la vida del caudetano P. Alberto Marco Alemán y un puñado de compañeros de martirio. Nadie fue testigo de la masacre, como sí lo fue en otros casos, según testimonio gráfico que nos ha llegado, contemplado por curiosos entre los que había niños. Solo los que apretaron el gatillo a las órdenes del jefe del pelotón de fusilamiento y el chófer de la camioneta que mantuvo los faros encendidos para iluminar el lugar y hacer viable la ejecución.
Aquel18 de noviembre de 1936, cuando, todavía no se había sentado el sol en su pescante celeste tomando las riendas de un día triste, un día que tenía todavía corridas las densas cortinas de la oscuridad, caía abatido el caudetano CARMELITA P. ALBERTO MARCO ALEMÁN.
Cuando, por fin, abrió el sol los ventanales celestes e iluminó el frío lugar, dejó ver columnitas de vapor blanco que se levantaban desde los charcos  formados por la sangre, todavía caliente, de los fusilados, símbolos de almas que se levantaban hacia el paraíso, símbolos de nuevos cristianos porque "la sangre de los mártires siempre fue semilla de nuevos cristianos".
Gentes de la Real Villa de Caudete, vuelvo a felicitaros porque uno de vosotros, de este pueblo, EL P. ALBERTO MARCO ALEMÁN, que perteneció a la familia conocida como "Los Monjos" desde lo alto de su peana de Beato os sigue consiguiendo gracias  del BUEN PADRE DIOS.
Así lo cree a pies juntillas su sobrina Josefina que, en el desempeño de su servicio como Madre Priora del Monasterio de las Madres Carmelitas de Clausura, "Las Encerrás" se ve beneficiada por el auxilio de su tío el P. Alberto.
Poco después de que sus hermanas la eligieran como  Madre Priora, estuve de parleta con ella en el locutorio y, al despedirme de ella le dije yo:

"Encomiéndate a "tu pariente" el P. Alberto"

Y ella, llenando toda su cara con una sonrisa de victoria, sacó de la faltriquera de su hábito una estampa muy gastada por los bordes de su tío Alberto y me dijo:

"Ya le estoy diciendo, constantemente que, como tú sabes lo que es ser prior, pues lo fuiste en El Henar (Cuéllar) y en Madrid, en el tiempo en que comenzó tu martirio, me tienes que ayudar y no dejarme de la mano".
Una mujer de fe, su sobrina Josefina, la Madre Priora del Monasterio de Madres Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen de Gracia de la Real Villa de Caudete.
No seáis parcos en hacer lo que la sobrina del P. Alberto, Mártir, porque a través de él, le estáis pidiendo al que tiene mucho, muchísimo, lo tiene todo, Dios Nuestro Señor, que dirá otra carmelita, Santa Teresa de Jesús.

Recibe mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
18.11.2019. Lunes.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

PD. Como en el caso de los otros mártires Beatos del pueblo, Miguel y Florencia, también le ha dedicado el Ilmo. Ayuntamiento una placita donde Cáritas parroquial tiene unos locales en los que atiende a aquellos que van buscando ayuda. Se entra a ella y se sale por la carretera de Villena casi frente por frente del centro de salud.

3 comentarios:

  1. Carmelitas mártires,dejan su estela de luz,camino para valientes sin miedo a dar su vida por su fe en Jesús .
    A Caudete no le falta de nada ,tampoco sus propios mártires .
    Buenos días,Padre.

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  2. Tu relato es muy bonito,a pesar del martirio, con su perspectiva de fe en Jesús hasta la muerte.

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  3. Muy buenos días P. Alfonso hoy nos recuerda el martirio del P.Alberto Marco Alemán y como su sobrina Madre Priora Fina, lo tiene siempre presente y lo lleva siempre con ella y nos transmite su devoción hacia El. Gracias a ella tuve la gran suerte de poder asistir a su beatificación en Tarragona un acto muy emotivo que siempre recordaré. Pediremos al O. Alberto que riegue por nosotros y sobretodo por España. Que tenga un buen día.

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