Día Neblinoso

ESTAMPA CAUDETANA.
DÍA NEBLINOSO.

(Rafael Requena. Acuarela  PAISAJE CON NIEBLA sobre papel "Fabriano" 28 x 38. Colección del artista. 9/80).

Ayer se levantó el día  tarde y digo tarde porque las cortinas y visillos del cielo no se movieron por los rieles sobre los que corren. Permanecieron quietecitos.
El sol, por encima de ellos, tampoco dio manifestación alguna. Ni se preocupó de levantarse de la cama y, por lo mismo, no corrió las cortinas.
A mitad de jornada estaba tan triste, tan triste, el día que se puso a hipar y a soltar algunas lagrimicas, goticas de agua,   que, a los que, "por listos", se lanzaban a pasear, los calaba, porque a esa manera de llover se le suele llamar "calabobos".
Mientras miraba por la ventana reflexionaba acerca de lo triste que estaba el ambiente debido a que el sol no ponía alegría  con sus rayicos y la luz que traen consigo. Por ello, ya te lo he dicho, poca, muy poca, era la gente que se aventuraba a salir y los que lo hacían iban bien protegidos por parcas, chupas y paraguas.
Sí, la pandemia se ha aliado con el día tristón y ha encerrado a la gente en casa.
A media tarde seguía todo igual. El sol se había dejado ir allende, a poniente y, si no se lució a pleno día, por la tarde no nos dejó ni un poquito de luminiscencia y la oscuridad se adelantó a cerrar el día dando pie a que la luz que saca el hombre en pantanos y en molino de viento, se dejaba caer a tierra desde lo alto de las farolas.
Seguía llovizneando, pero hacía buena temperatura. Yo me atreví a salir de casa, ya tarde, con el paraguas en la mano, que me sirvió de garrotica, porque al poco rato de iniciar el paseo, dejó de lloviznear.
Ya volvía a casa cuando, a un kilómetro de casa, me sorprendió un aguacero contra el que casi nada pudo hacer el paraguas y los charcos de la calzada vinieron a unirse a la lluvia que los proveía para ponerme de "chúpame dómine", todo porque un conductor, un tanto descuidado, sacó el agua sucia de uno de los charco, con tan mala suerte que yo pasaba en aquel momento a su altura y... Cuando llegué a casa tuve que cambiarme de arriba abajo.

A lo largo del día me habían ido viniendo las imágenes de una acuarela que pintara Rafael REQUENA  y que yo había visto en uno de los libros que me regaló Fina, la viuda del pintor. El pintor había llevado al papel un día de niebla en la otra planicie, aquella que se extiende desde el Sistema Central, desde "La Mujer Muerta" hasta el norte de Palencia en lo que es, hoy día, la autonomía de Castilla León. El Acuarelista por excelencia, el caudetano Rafael REQUENA que andaba de aquí para allá, cuando se lo permitían sus labores docentes, se encontraba en aquella otra llanura, tan extensa como la Mancha que le viera nacer, y, hundido en medio de una espesa niebla, fue capaz de abstraer la realidad envuelta por la niebla y llevarla al papel.
Cuando me liberé de las humedades, me puse a buscarla y la encontré, PAISAJE  CON NIEBLA, en "Acuarelas: ANTOLOGÍA", en su página 81, ella es la que ilustra mis letras de hoy.
Es una acuarela que obra en la colección propia del pintor. La pintó un día de septiembre de 1980 en papel Fabriano  28 x 38.
Nos dice la explicación de la Acuarela  que lo que trasladó al papel era la zona de La Cuesta, perteneciente a la llanura segoviana, aquella que nace a los pies de La Mujer Muerta y que, pasando por Valladolid, Palencia y León se llega hasta las estribaciones de los Picos de Europa, por un lado, y hasta Peña Sagra, en el Sistema Cantábrico, por otro, por lo que el camino que serpentea, partiendo en dos la obra, hasta perderse allí donde el horizonte, envuelto en la niebla, funde el cielo y la tierra.
Era un día de niebla, como el de ayer, y el pintor, Rafael REQUENA, emplea, magistrálmente, los grises y verdes propios de un ambiente invernizo que le ha puesto la niebla a un incipiente otoño.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

23.10.2020. Viernes.  (C. 1059)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.