sábado, 30 de enero de 2021

La Fotografía de la Oficina Bancaria

ESTAMPA CAUDETANA.

LA FOTOGRAFÍA DE LA OFICINA BANCARIA.


Preciosa fotografía que fija un momento de un día de verano próximo al medio día de verano, de verano de la Real Villa de Caudete, la sombra que proyecta la torre de la parroquia de Santa Catalina, privándole del sol a la fuente de la Plaza de la Iglesia, así nos lo indica.
Es una fotografía que nos habla, a todas luces, de un tiempo pasado. Los coches aparcados en la plaza, un R.12, Un R ,6, un Seat 132, dos seat  850?, un Dian 6  y una furgoneta renaul, nos indican que, por lo menos, han pasado, desde entonces, de  cuarenta a cincuenta años.
Con ser tantos, no son muchos, si emprendemos viaje hasta aquel momento en que la torre lucía, por primera vez, la bandera que indicaba el "finis coronat opus" en las postrimerías del siglo XV. Posiblemente no habría llegado hasta la Villa, noticia de la proeza llevada a cabo por Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón al mando de tres carabelas, La Pinta, La Niña y La Santa María, en unión de un montón de grumetes que nada tenían que perder y sí mucho que ganar en aquella empresa que teniendo rumbo a las indias siguiendo el camino del sol, siempre hacia occidente, y se toparon, mira por dónde, con unas tierras que les impidieron seguir navegando hasta las indias. A la tierra ignota la llamó Cristóbal Colón, la Española. Fue en 1492.
Era el año 1494 cuando, desde todo lo alto de la torre de la iglesia parroquial, recién terminada, se contemplaba toda la Villa, toda la antigua Villa de Caudete desde su puerta hasta lo alto de la colina, agujereada, donde encontraban cobijo muchas de las gentes que poblaban el lugar junto a los animales de los que se servían para hacer practicable el trabajo y la vida.
Pero, aunque no sea la imagen que nos muestra la fotografía muy antigua, sí que nos lleva hasta un momento determinado del devenir histórico de la Real Villa, un momento que nos habla, sin palabras, del calor reinante, yo diría que el sol estaba echando fuego en aquel medio día de uno de aquel verano tórrido, como tórridos eran todos los días que llenaban aquellos veranos que encerraban a los habitantes de la Villa en sus casas y, no precisamente, porque una pandemia, semejante a la que padecemos ahora, impusiera su ley. Era el Sol, el astro rey que, en casi su cénit, barría de las calles todo signo de vida y, la vida, para seguir viva, se escondía al amor de los muros de sus lares, muchos de ellos guardados con barro y paja, con adobes, para salvaguardar, naturalmente, el frescor de los hogares.

Mientras María Luisa tecleaba al ordenador, en su mesa de atención al público en el banco  de la calle San Antón, las órdenes que le había dado yo, me levanté y telefonillo en mano me acerqué a la pared en la que pendía un cuadro que me había llamado poderosamente la atención. Dicho cuadro enmarcaba una fotografía fantástica. La fotografía recoge la arcada de la Lonja y, encerrada en ella, la imagen de la plaza de la Iglesia con su fuente ocultada por la sombra que, sobre ella, proyecta la esbelta torre de la parroquia de Santa Catalina tras la que escala un sol, todavía joven, en busca de su punto álgido desde el que imponer su autoridad indiscutible sobre toda la Villa y su área de influencia.
La iglesia y la misma torre estaban, en aquel entonces, necesitados de un remozamiento que se llevaría a cabo con posterioridad. En la pared, a la izquierda de la puerta de entrada a la iglesia parroquial se vislumbran dos placas, una encima de la otra que, presumo, indicarían al viandante el nombre del edificio y noticia de un acontecimiento importante que habría tenido lugar en la Villa.
La real Villa de Caudete, la mires por donde la mires, siempre te sorprende gratamente. Ayer, sin ser, todavía, el medio día, estando yo dentro de la oficina bancaria, me sorprendió gratamente con el sencillo, pero precioso, motivo de una fotografía de un lugar emblemático de la misma. Y, hoy, te la muestro  y la empleo para enviarte mi saludo y mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.1.2021. sábado. (C. 1.158)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

2 comentarios:

  1. Muy buenos días , P. Alfonso , como de una fotografía , que yo he visto tantas y tantas veces , gustandome pero sin darle mayor importancia usted nos ha descrito todo su contenido que en ella hay , como muchas veces le he dicho que es un gran observador, además nos ha recordado la historia de España. Que tenga un feliz fin de semana otra vez con viento.

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  2. Buenos días P.Alfonso,que sea buen sábado para todos.Gracias una vez más,por sus saludos mañaneros,llenos de información y sapiencia.👏👏

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