viernes, 12 de febrero de 2021

Villa Isabel desde La Balsica el Pajar

ESTAMPA CAUDETANA.
VILLA ISABEL DESDE LA BALSICA EL PAJAR


Ha permanecido durante mucho tiempo con la luz apagada en la cámara oscura de mi telefonillo y el tiempo, cual eficiente escoba, ha barrido todo vestigio de cuándo y dónde me hice con esta ESTAMPA CAUDETANA.
Hace unos días te llevó mis "Buenos días" una panorámica de la Real Villa de Caudete captada por la fina pupila del pintor acuarelista de fama universal, Rafael Requena, desde "El Paso" en un día que, aunque encapotado, se las apañó el sol para colarse entre las nubes  para servirle en bandeja al pintor, una vista luminosa que llevó al papel de modo magistral.
Hoy te muestro cómo otro pintor autóctono, PÉREZGIL, del que hemos celebrado el centenario de su nacimiento y del que ya te he dado a conocer otras muestras de singular arte pictórico entre las que merece destacar los frescos de tema mariano en las paredes del Santuario de la Patrona, la VIRGEN DE GRACIA, y del Coopatrón, SAN BLAS.

Un buen día, muy de mañana, PÉREZGIL agarró los bártulos propios del arte de la pintura y se encaminó a levante de la Villa  hacia la Balsica del Pajar, hoy desaparecida, donde plantó su bastidor el pintor y fue trasladando al lienzo, como lo hiciera un impresionista del siglo XIX, el momento del día. A su espalda se levantaba el sol  porque, por un lado, estaba clareando y disolviendo las nubes que habían cubierto la Villa durante la noche y, por otro lado, con su luz hacía emerger, desde el anonimato impuesto por la noche, al pueblo.
Y, en primer plano, el motivo que da nombre a la obra: VILLA ISABEL DESDE LA BALSICA DEL PAJAR.
Muy bien hubiera podido nominarse "El despertar de la Real Villa de Caudete" porque el símbolo por excelencia de la Villa es esa Torre, cinco veces centenaria y esa Cúpula ambas de la parroquia de Santa Catalina, en torno a la cual, se levanta la Villa. Pero, no, la obra que el pintor llevara al lienzo en aquel despertar de un día de hace muchos años se titula con el nombre de VILLA ISABEL que, a principios del siglo XX, proyectara y se hiciera edificar un canónigo, natural del lugar, Rvdo. Don Miguel Gil Hernández. Y para que firmara los frescos del interior (1907) contrató los servicios de un pintor muralista cotizado, de aquel entonces, Agustín Espí que dejó muestras de su buen hacer, también, en otras casas del pueblo y, sobre todo, en la fachada del Santuario de la Patrona, la VIRGEN de GRACIA, según me da a conocer Paco Molinero. 

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.2.2021. Sábado.  (1.172)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

1 comentario:

  1. Muy buenos días, P. Alfonso, buena explicación nos da de está gran obra maestra de otro de los grandes artistas con los pinceles que Caudete pude presumir.Que tenga un buen fin de semana.

    ResponderEliminar