Las Gemelas

ESTAMPA CAUDETANA.

LAS GEMELAS.

En el corralón teníamos dos Rosales hijos de una misma madre y lo digo porque los dos engendraban rosas muy semejantes.

Uno medra entre el cerezo de picotas, el caqui y la higuera que se vino conmigo en un tiesto desde mi bosquecillo de Madrid y, el otro, hacía lo posible por salir adelante debajo del melocotonero. Éste segundo, el año pasado, nos regaló alguna rosa, pero este año se durmió para siempre, se secó, feneció, el pobre.

Pero el otro sigue vivo, muy vivo.  Medra entre los árboles frutales y aprovecha estupendamente el cubo de nutrientes que le puse a su base bajo unas tejas para que las patas de las gallinas no hagan de las suyas. Sigue, sigue lozano y frondoso, pujante, creciendo y sacando a luz, para alegría del corralón, unas rosas hermosas que concitan la atención de todos los especímenes que le habitan y de aquellos que paseamos por él. Ahí las tienes, al inicio de este escrito. No pude sacarle la foto cuando reventaron los capullos en los que se habían formado, me descuidé, no puedo mandarte la fragancia única que exhalan.

El turbión de agua que cayó antes de ayer por la tarde hizo de las suyas en las dos gemelas, en la primera, ya abierta y en la segunda, en su momento de nacer.

Pobrecitas. Me las han despelujado los adelantados del "Lola", esa borrasca de la que nos están dando noticias los chicos del tiempo de las distintas emisoras de televisión.  Pero, ya las ves, no tienen reparo alguno de, así de dañadas, mostrarse y, al hacerlo, llenan nuestros ojos, con la belleza y la hermosura de ambas y, con ellas, nos aperciben de la calidad del rosal que tienen por madre.

Ellas te llevan hoy mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

24.4.2021. Sábado. (C. 1.240)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.