El Aplauso

ESTAMPA CAUDETANA.

EL APLAUSO.

Las exigencias del guion del día de ayer me impidieron sentarme delante de la televisión para escuchar las noticias del mediodía. No me enteré de aquella que ha levantado una gran repulsa en la sociedad de todo el país, también en las gentes de la Real Villa de Caudete, un joven ATS gallego, de nombre Samuel, ha sido asesinado vílmente, por su condición de homosexual.

Cuando salí, en la tarde de ayer, de la Eucaristía, contemplé, a través de los arcos de la Lonja, una concentración a la puerta del Ayuntamiento, en la calle Mayor. De cuando en cuando,

se les veía aplaudir.

Se habían dado cita un buen número de gentes de la Real Villa de Caudete, tres números de la Guardia Civil se encontraban presentes junto a los manifestantes.

El grupo formaba un círculo de gentes pegadas a las paredes de la calle Mayor y a la de los arcos de La Lonja.

En la puerta de la parroquia pregunté a las personas que seguían todavía allí observando, desde lejos, el hecho a través de los arcos de la Lonja, acerca de cuál era el motivo de tal concentración y no supieron decírmelo. Una de ellas apuntó que había habido un luctuoso acto de violencia en Galicia en el que se había quitado la vida a un joven ATS, por su condición de homosexual, a manos de un violento y pensaba que la reunión de aquellas gentes, que aplaudían de cuando en cuando, se debía, precisamente, a una protesta silenciosa contra ese acto violento, inhumano, que había tenido lugar en la madrugada del viernes al sábado pasados, en Galicia. Pero no lo aseguraba con certeza.

Cuando, de vuelta a casa, llegué a la Lonja, me detuve allí y pregunté a un par de personas que ¿a qué se debía o cuál era el motivo por el cual estaba  reunido ese grupo de gente a la puerta de la Alcaldía? las dos mujeres, al unísono, me contestaron: «por el crimen cometido en Galicia contra un joven homosexual».

No andaba mal encaminada aquella persona que, en la puerta de la iglesia, había aventurado la razón por la cual se habían dado cita.

En aquel momento se daba por terminada la concentración, llevándose a cabo su disolución.

Es triste, muy triste, asistir a actos tan reprobables como el que nos ocupa y que salpican, las páginas de los periódicos con harta frecuencia.

Da la sensación de que la sociedad actual, sin conductores adecuados en el campo de la política, deja mucho que desear en el campo del respeto a la persona, sea de la condición que sea.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

6.7.2021. Martes. (C. 1.292)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.