No todo se Quemó...

ESTAMPA CAUDETANA.

NO TODO SE QUEMÓ...

«Juan casi os quemáis esta noche», le dije a Juan Doménech, el sacristán de Santa Catalina,   cuando llegué por la tarde para celebrar la Eucaristía.

«Sí, ¿te has fijado? la colgadura con la efigie de la VIRGEN de GRACIA, Patrona de la Real Villa de Caudete, que pende de la barandilla del balcón situado encima de la puerta de la casa, justo encima mismo donde incendiaron los coches, no se ha quemado, ni siquiera se ha ahumado», me contestó.

No había caído en la cuenta. Sí que me fijé en el lugar y observé que para que absorbiera aceites y grasas no quemados han cubierto el lugar con tierra arcillosa

Fue de madrugada cuando tuvo lugar el lamentable suceso. Unas manos amparadas por la noche y por mentes un tanto rocambolescas le buscaron las espaldas a los agentes del orden y metieron yesca a un coche o a dos, porque dos fueron los coches que desaparecieron ante el ataque del vivo fuego provocado por aquellas manos.

Se encontraban aparcados sendos coches frente a la puerta de la casa de los Teresa, allí donde vivió sus últimos años el sacerdote más anciano de la diócesis, don Antonio, natural que fuera de esta Real Villa de Caudete a la que volvió para rendir viaje, cosa que hizo  tras alcanzar los101 años de peregrinaje  por los caminos de este mundo con la mente puesta, siempre, en el otro.

No se sabe a ciencia cierta si el fuego provocado en uno de los automóviles se propagó al otro o los indinos envueltos en la oscura capa de la noche dieron fuego a los dos vehículos al mismo tiempo, el caso es que se produjo una fogata inmensa. El calor por encima, con toda seguridad, de los 1000 grados fundió plásticos y quemó aceites provocando una  riada que discurrió pendiente abajo por el Callejón de las Campanas hasta el barrio de La Puerta de la Villa. El tremendo calor hizo saltar, hechos añicos, los cristales de los vehículos. Nadie se podía acercar hasta ellos. El calor generado por el incendio se lo impedía a la vez que derretía los barnices y pinturas de la puerta de la casa noble. De haber prendido la puerta hubiera consumido, sin remedio, el caserón con las joyas que almacena, joyas pictóricas y escultóricas, como un precioso Niño Jesús del siglo XVII esculpido por un artista famoso, creo que Alonso Cano. El fuego, al ir quemando aceites, grasas consistentes y plásticos producía una  humareda ardiente y muy espesa que se elevaba, fachada arriba, hasta el tejado no sin antes templar o poner al rojo los hierros de forja de los balcones de la casa

Llegaron los bomberos de la cercana Almansa y en poco tiempo dejó de lucir su terrible fulgor el fuego que ya había dejado a los coches en meros chasis requemados y retorcidos.

Pero causó verdadera sensación, por incomprensible, lo que apareció ante los ojos de los bomberos y de los presentes:

LA COLGADURA DE TELA EN LA QUE ESTÁ IMPRIMADA LA IMAGEN DE LA PATRONA DE LA VILLA Y MADRE DE TODOS LOS CAUDETANOS, ESTABA INTACTA. NI LAS LLAMAS QUE LA HABÍAN LAMIDO, NI EL HUMO QUE LA HABÍA ENVUELTO, NI EL CALOR QUE FUNDIÓ PINTURAS Y BARNICES  DE PUERTAS, CABLES, HIERROS Y QUE HABÍA HECHO SALTAR, HECHOS AÑICOS, LOS CRISTALES DE LOS COCHES, no solo no había QUEMADO LA COLGADURA CON LA EFIGIE DE LA VIRGEN DE GRACIA SINO QUE NO LA HABÍA DAÑADO NI SIQUIERA  TIZNADO LO MÁS MÍNIMO.

(La colgadura indemne tras el fuego)

Una interrogación apareció en la cabeza de las gentes que hemos contemplado, al llegar el día, lo mismo que les aconteciera a los que fueron testigos presenciales, entre las que se encontraba Carmen, la dueña de uno de los coches consumidos a causa del malhadado acto provocado por  manos anónimas a las órdenes de mentes destartaladas:

- NADIE ENCUENTRA EXPLICACIÓN LÓGICA A SEMEJANTE FENÓMENO. NADIE SE EXPLICA CÓMO LAS LLAMAS, LA ALTÍSIMA TEMPERATURA Y EL EXPESO HUMO NO HAYAN REDUCIDO A CENIZA LA COLGADURA QUE PENDE DE LA BARANDILLA DEL BALCÓN SITUADO JUSTO, JUSTO, ENCIMA DEL INCENDIO. NADIE.

- (Lugar del incendio) 

Yo sí me lo explico. Para mí fue ELLA, LA VIRGEN DE GRACIA, LA QUE PRESERVÓ DEL FUEGO A SU EFIGIE IMPRIMADA EN LA COLGADURA DANDO UN TOQUE DE ATENCIÓN A LOS HIJOS QUE, AMPARADOS EN EL ANONIMATO Y ENVUELTO EN EL MANTO OSCURO DE LA NOCHE, PERPETRARON TAL FELONÍA Y, también, a cualquiera de sus hijos caudetanos que se pare a pensar sobre ello.

Vistas las cosas como yo las veo debe colegirse que esta Villa se encuentra bien asida de la mano de la Madre de Dios y también  Patrona bajo su advocación de GRACIA, pues no es raro que haga notar su favor en hechos que dicen relación al fuego. Todavía se recuerda por los mayores de la Villa cómo, mediado el siglo pasado, la salvó del estallido del almacén de pólvora, situado en la zona de las cuevas, en que el Cabila tenía almacenada, todo el material pirotécnico  elaborado para las fiestas populares. El Cabila, muy devoto de la Virgen del Carmen, arrojó al incendio un Santo Escapulario mientras la invocaba y el incendio se apagó, desapareció sin dejar rastro. Solo el Santo Escapulario yacía indemne en el suelo del almacén y la pólvora, intacta. 

También tenemos en el convento de San José, El Carmen, otro Escapulario de la Virgen junto a un documento que acredita que la 01,00 horas  del 7 de marzo1834, noche muy ventosa, otro voraz incendio declarado en la casa de un tal Roque Estévez, en la antigua calle de El Pozo, hoy de las Eras, fue aplacado cuando Teresa López pidió fuera arrojado al fuego un Escapulario del Carmen  y al hacerlo Joaquín Gil Golf, el fuego se calmó sin causar daños impredecibles. A la mañana siguiente en Santo Escapulario apareció sobre las cenizas y maderas requemadas totalmente indemne y así lo conservamos al día de hoy.

(El Santo Escapulario que salvó a la Villa de un amenazador incendio el día 7.3.1834).

Caudetano, no esperes a Septiembre para echarle un piropo, o un sin fin de ellos, a ELLA, a la Madre y Patrona, la Virgen de GRACIA, pues, para mí tengo que, con lo acaecido en la madrugada de ayer domingo ALGO QUIERE DECIRNOS.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

21.2.2022. Lunes.  (C. 1.459)

 los coches quemados

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.