ESTAMPA CAUDETANA.
CUARTO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA DEL
MONTE CARMELO.
Por coincidir este día con el domingo decimoquinto del tiempo litúrgico del ciclo C, las lecturas que se propusieron para la reflexión de los fieles fueron las correspondientes al día. Por lo tanto fueron las mismas que ya comentó el P. Predicador en el día anterior. Pero si en la víspera centró su comentario sobre la MISERICORDIA comentando la preciosa parábola del “Buen Samaritano”, ayer versaron sus palabras acerca de la fe. Una fe que surge, como regalo de Dios al ser humano cuando éste se pone a la escucha de su Palabra. Y nadie, nadie, como la Virgen María puso en práctica esa escucha de escucha de la Palabra que, al escucharla se hace mandato, norma, ley de vida. Nadie como Ella puso en práctica la indicación de Moisés de la que nos hablaba la primera lectura tomada del libro del Deuteronomio “Escucha la voz del Señor tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley y vuelve al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma…” (30,10-14). Y continuaba el orador sagrado diciendo que Ella, la Virgen Madre del Señor, llenó de contenido esa fe con que Dios la había bendecido, la llenó de obras de salvación porque, según el decir del Apóstol Santiago (2,14-26), nos es necesario demostrar la aquiescencia a ese don de la fe con obras que vienen a ser la prueba del nueve de la misma porque, de otra manera, nos dice el apóstol pariente de Jesús según la sangre, está muerta.
En torno a este tema de la fe de la Virgen María y, por
ende, de todo fiel cristiano, sobreabundó, en su plática, el P. Ramón Maneu
Sanjosé, carmelita, en el cuarto día de la Novena en honor de la Virgen María
del Monte Carmelo.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
11.7.2022. Lunes. (C. 1.535)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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