Quinto día de la Novena en Honor de la Virgen María del Monte Carmelo.

ESTAMPA CAUDETANA

QUINTO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.

(Estandarte que abre la procesión de la imagen de la Virgen María del Monte Carmelo por las calles de la Real Villa de Caudete el domingo siguiente a la fiesta y que, este año, ha de celebrarse al día siguiente de la fiesta)

El padre Ramón Maneu Sanjosé eligió como hilo conductor de sus palabras homiléticas en el quinto día de la novena en honor de la Virgen Santísima del Monte Carmelo, el tema de la alegría. Y para sustentarlo, se sirvió del profeta Sofonías (3,14-20) y de la perícopa evangélica tomada de Lucas 1,39-45 en la que se nos presenta a la joven nazaretana, María, escogida por Dios para Madre de su Hijo, “volando” hasta la casa de su anciana pariente, Isabel, que se encuentra en avanzado estado de gestación, según le había informado el arcángel Gabriel dando así respaldo a la solicitud divina que hacía de Ella un elemento importantísimo en el plan de la renovación de la raza humana, la Redención, que se llevará a efecto con la asunción de la naturaleza humana por parte de la Segunda Persona de la Sama. Trinidad en las entrañas purísimas de Ella, para lo que está siendo requerida por Dios a través él, su enviado.

Comenzó el orador sagrado llevándonos hasta el profeta Sofonías del que se había leído el parágrafo en el que, el profeta, llama a Jerusalén, a la Hija de Jerusalén y a todo el pueblo de Israel, al gozo y a la alegría porque el Señor su Dios vendrá a él y con él permanecerá. Razón por la cual ya no tendrá que tener miedo porque Él le defenderá de toda adversidad.

Ese momento en el que irrumpe el Señor en medio de su pueblo es el que tiene lugar con el SÍ incondicional de la Virgen María y que, plásticamente es reconocido con gozo inmenso por Isabel en el momento mismo de su encuentro con su joven pariente, María."Dichosa tú qué has creído porque se cumplirá en ti lo que te ha dicho el Señor" y María, llena de gozo, canta agradecida a Dios, englobando en su canto del Magníficat, toda la Historia de la Salvación.

El P. Predicador convocó a toda la asamblea que se había dado cita para celebrar el quinto día de la Novena a que nuestras vidas sean eso, un canto de gratitud a Dios, canto que ha de surgir, como aconteciera en María, desde la alegría y el gozo de ser conscientes de que el Señor está con nosotros y ya no nos dejará jamás, como aventuraba allá, en el Antiguo Testamento, el profeta Sofonías.

 Recibe mi saludo, mis

             ¡¡¡¡¡¡Buenos días!!!!!!

12.7.2022. Martes. (C. 1.536)

 P: Alfonso Herrera. Carmelita.