ESTAMPA CAUDETANA.
EL SOL, AYER TARDE, SE HIZO PASTELERO.
Ya desapareció hace mucho tiempo, como una voluta llevada
por el viento, el día de San Juan, día del que se afirma en un dicho ser aquel:
"en el que se igualan las noches y los días" y, el tiempo, en su
correr constante, sin darse un respiro, se va engullendo, a ojos vista, las
horas del día.
Ayer, concluida que fue la Eucaristía en la que celebrábamos
la fiesta del Dulce Nombre de María, volviendo a casa, en la Plaza de Ntra. Señora de El Carmen, me topé con una imagen que lo llenaba todo, ahí la tienes
a la cabecera de estas líneas. El sol, a punto de esconderse detrás de la torre
del homenaje del castillo de mi pueblo de Oropesa, más que pintor parecióme que
emulaba a un excelente pastelero. Sacó de su maletín los pinceles y los colores
y puso de tal guisa al cúmulo nimbo que pugnaba por situarse en la vertical de
la Real Villa de Caudete pero por más que lo intentaba no lo conseguía porque
se lo impedía un fresco vientecico que venía de levante, y fíjate cómo dejó el
sol, camino del descanso, a la preciosa nube que, más que blanca nube,
parecía un montón de crema pastelera ofreciéndose para nuestro gusto y
placer.
Yo la cacé así a esa instantánea creada por un sol que, al
ocultarse tras las almenas del castillo de mi pueblo de Oropesa, al otro lado
de la Autonomía Castellano Manchega, nos regalaba con su obra. Pero otros,
según me traslada una amable comunicante, había sido más presta que yo y con la
cámara de su telefonillo, fue captando paso a paso el maravilloso hacer de un
sol en su caída. Te regalo, en su nombre, esos momentos
Mientras, yo aprovecho para mandarte mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
13.9.2023. Miércoles (C. 1.677)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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