ESTAMPA CAUDETANA.
(Los VOLANTICOS de las fiestas de este año frente
al Ayuntamiento momentos antes de emprender su paseo por las calles de la
Villa)
foto : (VOLANTICOS DE LA ANTIGUA a su paso por delante
del convento de San José)
foto: (hato de una VOLANTICO en el escaparate de una de
las tiendas de la Villa)
Todo en las fiestas Patronales de Moros y cristianos, en
esta Real Villa de Caudete, posee un colorido difícil de igualar. Desde que se
tienen noticias, desde siempre, venimos asistiendo a esa explosión de brillo y
color con que se visten sus calles y plazas, cuando pasan por ellas, las gentes
reunidas en las distintas Comparsas que, salvo la Antigua, que ya venía de antes,
tomaron carta de ciudadanía, con sus estatutos, en 1880 y, luego, muy
posteriormente, en 1977, por escisión de la de Los Moros, nació Tarik, nombre
que tomó la nueva Comparsa de aquel moro que holló con su planta y las de sus
guerreros las nobles tierras caudetanas allá por el siglo VII.
Pero la noticia de este modo de celebrar sus fiestas viene
de mucho antes. Dicen las crónicas de la Villa que, con motivo de la
inauguración de las comunicaciones por ferrocarril entre Madrid y Alicante,
llevada a efecto por la Reina Isabel IIª en el año 1858, tuvo, su
Majestad en la estación de esta Villa, una recepción con la que fue muy
gratamente sorprendida porque las gentes del lugar le dieron la bienvenida,
pleitesía y acatamiento, vestidos con ropajes de “cristianos y turcos”. Y
mucho antes, a principios del siglo XVII el Obispo de Orihuela, diócesis a la
que pertenecía la Real villa de Caudete, su Ilma. Rvdma. Sr. Andrés Balaguer,
era recibido en la Villa por los lugareños ataviados al estilo de la milicia, “por
una especie de soldadesca que hacían disparos con sus arcabuces y trabucos
precedidos por el Capitán que daba escolta a un PAJECICO” El PAJECICO podía
ser niño o niña (*).
Durante las fiestas de la Villa, aquella soldadesca siempre
iba precedida por el Capitán y el Sargento prestaba guardia y cobijo a un
PAJECICO lindamente vestido porque, al parecer, era símbolo de la pureza de
Aquella, la Virgen de Gracia, a la que se honraba en dichas fiestas Patronales.
A este personajillo siempre se le conoció con el nombre de PAJE hasta entrado
el siglo XX.
Con la constitución de las diversas Comparsas en 1880,
cada una de ellas llevaba su o sus propios PAJECICOS y se comenzó a darles su
importancia instaurando para ellos EL PASEO DE PAJECICOS por las calles de la
Villa. Así se los viene nombrando hasta las fiestas de 1930 en que ya se une, a
su denominación DE PAJECITO, la actual de VOLANTES pues, en el programa de
fiestas de aquel año, aparece, por primera vez, este nombre de VOLANTES: “paseo
de PAJECITOS O VOLANTES” (*).
Respetando toda la explosión colorista de los hatos de las
infinitas escuadras que se reúnen en torno a cada una de las distintas
Comparsas, para mí, lo más lindo, lo más impresionante, lo más guapo, lo más
bonito, lo más angelical, que mantiene y no pierde nada de aquel
sentido primigenio de ser símbolo de la pureza de Aquella a la que dan
pleitesía, la Virgen de Gracia, son los VOLANTES, los VOLANTICOS como gusto en
denominar.
Ellos vuelven a hacer su pasico en este escrito para
llevarte mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
23.9.2023. Sábado. (C.1.683)
(*) En la familia de Francisco Cantos Albertos, me dice,
desde que él tiene referencias familiares, quien hacía de PAJECICO era una
niña: lo fue su madre y la madre de ella, y la abuela de ella y su tatarabuela
y, presumiblemente lo fueran las mujeres de la familia hasta vete a saber
cuando en ese ir hacia atrás en el tiempo. Y, como en esta familia, acontecería
en tantas otras familias).
(*) Parece ser que comenzó a dárseles el nombre de
VOLANTES debido a los nuevos modelitos de sus hatos)
Nota. Los datos históricos me han sido suministrados por
Francisco Cantos Albertos.
P. Alfonso Herrera. Carmelitas.
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