EL JAZMÍN OFFICINALE O MORISCO.
Al emprender el paseo matinal, nada más salir del portal, ya
voy notando la fragancia que exhala el jazminero morisco que tiene plantado el
señor conserje delante de su vivienda y que constituye un techado verde
salpicado de sencillas, humildes, pero vivas flores de una de tantas, de las
más de doscientas clases de jazmines que crecen a lo largo y ancho de este mundo en el que se han ido
naturalizando porque, según el decir de los botánicos, su origen está en el
viejo mundo, es decir, en África en Europa y Asia, principalmente en las zonas
más cercanas al Ecuador.
Y, sí, antes de dar la vuelta a la torre más alta de la
urbanización Torres Bañadas para salir de la misma por la puerta que da a la
Avenida que sube hasta los Salesianos y que, a su vez, nos deja a la vera de la
playa, ya se percibe el suave olor con el que dotan a la zona haciendo del entorno un lugar por
donde es muy agradable transitar porque el ambiente es único.
Ayer me fijé en la acera y en el lugar adyacente y todo el
lugar se encontraba sembrado de florecillas, todavía frescas regalándonos con
sus últimos efluvios antes de dejar de ser para hundirse en el ya no ser, en el
fenecer. Allí las dejé a la espera de que el Sr. Conserje o su esposa, pasen la
escoba preparando, así, el lugar para recibir la caída de una nueva floración
porque es sabido, la observación así lo certifica que la sencilla e impoluta
flor del Jazmín Morisco y la de los cientos de sus hermanos, solamente dura
prendida a la axila de sus hojas lo que dura un día, 24 horas.
Sí, yo allí las dejé pero me fijé en la cubierta del
entramado que formaba la planta trepadora a la entrada a la vivienda y encerré,
en la cámara oscura de mi telefonillo, a un par de sus sencillas y humildes
flores, símbolos que son del cariño y del amor eterno y, también de la
sensualidad. Eso, sí, sentí muchísimo que los fabricantes de estos artilugios
móviles no hayan dado, todavía, con la técnica que permita captar la fragancia
que emite el jazmín y guardarla, como atmósfera envolvente de la imagen fotografiada.
Esas florecillas te llevan hoy mi saludo. Tú, por tu parte,
saca a relucir tu imaginación y crea su atmósfera y, entonces..., serán mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
3.10.2023. Martes. (1.687)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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