jueves, 4 de enero de 2024

Los Pajes de los Reyes.

ESTAMPA CAUDETANA.

LOS PAJES DE LOS REYES.

En la tarde de ayer se formó un jolgorio inmenso en la plaza de Nuestra Señora del Carmen. Se habían levantado unas oficinas donde los pajes de los señores Reyes Magos que habían  bajado hasta la Real Villa de Caudete con el fin de recoger las carticas de los niños de la Villa y meterlas en sus sacos. Sí, las que han escrito con muy buena letra para que los Señores Reyes puedan leerlas sin dificultad y, así, se enteren de aquello que los solicitan, sus regalos, tras hacerles saber que durante el año 2023 se han portado estupendamente.

Siempre ocurre tal día como el de ayer mientras los Reyes Magos reposan de su largo viaje en lo alto de la sierra de La Oliva, allá junto a la ermita de Santa Bárbara donde encienden hogueras para combatir el frío. Y, desde allí, mandan a algunos de sus lacayos para que recojan las solicitudes que los niños tengan a bien solicitarles.

Sí, daba gusto ver sus caricas iluminadas al contemplar a los emisarios de los Reyes de Oriente, no quiero ni pensar cuál será la manifestación de alegría y gozo cuando, presas del nerviosismo, se dediquen, después de la cabalgata del día de Reyes, a romper los envoltorios de colorines dentro de los cuales se encontrarán los juguetes solicitados.

Ayer por la tarde fue un día lindo maravilloso, en el que disfrutaron los ñacos como enanos, como nunca lo hacen a lo largo de todo el año, salvo el día en que sus Majestades los Magos de Oriente, les hacen entrega de aquellos regalos que han pedido.

El acabose fue cuando los pajes de los Reyes Magos se bajaron de sus oficinas y dejaron los sillones a disposición de la chiquillería que no tardó en invadir todas las oficinas, muchos de ellos ataviados, también, como pajecicos.

Y , ni te cuento, cómo se lo pasaron las mamás, que también subieron con sus hijitos con el fin de fijar el momento de hilaridad grande para la posteridad. 

En un rincón de la plaza unos animadores ponían su aquel a lo largo de la tarde haciendo que la chiquillería gozara de modo extraordinario participando en juegos y cánticos entre los que no faltaban los tradicionales villancicos. 

Faltaba poco para que el reloj de la farmacia de la Plaza, marcará con sus dígitos electrónicos las 19,00 horas del día y ese fue el momento en que yo pasaba por la plaza cuando me dirigía a celebrar, en la parroquia de Santa Catalina, la fiesta del DULCE NOMBRE DE JESÚS concluyendo, así, el novenario que se le ha venido tributando, en los días previos, a éste, que era su fiesta litúrgica. Fue entonces cuando la animadora con su atiplada voz, a voz en grito proclamó por los altavoces:"hasta aquí hemos llegado y, al decirlo, ella cayó en mutismo pero no sé interrumpió el jolgorio que tenían montado los ñacos en torno a las oficinas que habían empleado los pajes de sus Majestades, los Reyes de Oriente. 

Allí, en la plaza, quedó la chiquillería con sus gritos al cuidado de sus papás y abuelos. Yo, por mi parte, emprendí, calle Mayor adelante, el camino  para llegarme a la parroquia de Santa Catalina.

Recibe mi saludo,  mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

4.1.2024. Jueves. (C. 1.769)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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