ESTAMPA CAUDETANA.
LAS CUARENTA HORAS.
(Cartel preparado por la Cofradía de la Sacramental para avisar acerca de LAS CUARENTA HORAS)
Tiempo hubo en que este ejercicio piadoso cubría la totalidad del los dos días, lunes y martes de carnaval junto a aquella parte que arrancaba en la celebración festiva de la Eucaristía del Pueblo, La Mayor,, las de las doce horas del domingo previo en la parroquia de Santa Catalina.
Hoy, no. Hoy se adora al Santísimo tres horas y media, las que van desde las 16,00 hasta las 19,30 horas, en que se lleva a efecto la reserva para proceder, seguidamente, a la celebración de la Eucaristía, el lunes y el martes, mientras que el domingo el tiempo dedicado a esta práctica de adoración es el doble.
Lo que no cambia es el orden que se establece de adoradores fijos para que cubran todo el tiempo que permanece el Señor Sacramentado expuesto y que llevan un orden estricto.
Y como se ha anunciado el ejercicio de Adoración al Santísimo en las liturgias eucarísticas del domingo anterior y en los carteles de las cancelas de los distintos lugares de culto de la Real Villa de Caudete, y, como además, es una costumbre inveterada en la Villa, son muchos los fieles que se acercan durante el tiempo reservado a la Exposición del Santísimo para acompañarle, para pasar un ratico con Él y para "charrar" haciéndole oración. Así lo constaté ayer mismo cuando, después de haberle expuesto, permanecí en el lugar durante un buen rato antes de salir para hacer mi acostumbrado paseo de cada día impuesto por el facultativo. Acompañaba el día porque el sol andaba por las alturas sin ocultarse, ni si quiera, un poquito y la temperatura era, de verdad, envidiable para el tiempo en que nos encontramos.
Llegué hasta el Santuario de los Patrones y, al llegar, miré, como siempre hago cuando bajo hasta allí y la puerta está abierta, y me encontré con que la Sagrada Imagen del Cristo de la Agonía que, de ordinario, pende en el fondo de la nave de la derecha, estaba ausente, no llenaba la pared del fondo.
y, al mirar al presbiterio allí la vi. Y, claro, caí en la cuenta de que la Mayordomía se ha ocupado de situarlo, como lo hace cada cuaresma, a la derecha del presbiterio como ves en la fotografía.
Como el domingo, concluida la Misa Mayor, fue despedida la Sagrada Imagen del Copatrón, San Blas, volvió al santuario acompañado por la feligresía, tras haber permanecido 15 días con sus patrocinados con motivo de las Fiestas celebradas en su honor, allí estaba, en su lugar de costumbre, instalada en una peana a los pies de la Copatrona, la Virgen de Gracia, y por encima del sagrario de Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado.
Contemplaba ambas imágenes desde el lugar donde tomé asiento y, constaté, desde allí, que las dos Imágenes coincidían en el color del hato y di en pensar que:
"por razón de las fiestas en honor del Copatrón, San Blas, Ella, la Copatrona, la Virgen de Gracia, quiso unirse a su hijo y compañero homenajeado por la Villa, vistiendo como viste Él que, por ser mártir, lo hace de rojo vivo". Pues, de rojo, estaban vestidas las dos en la tarde de ayer cuando bajé a estar un ratico con Ellos.
Presumo que no tardarán las camareras en mudarles las vestimentas porque, mañana, ya es Miércoles de Ceniza y con él se inicia un nuevo tiempo litúrgico, la Santa Cuaresma, y, en este tiempo, el color propio es el morado.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
13.2.2024.Martes. (C.1.804)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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