ESTAMPA CAUDETANA
EL DURILLO COMIENZA A HACERSE NOTAR.
Al DURILLO los botánicos lo llaman con su nombre latino: VIBURNUM TINUS, aunque la gente de a pie la identifican con nombres muy diversos como, por ejemplo, LAUREL BORDE O SALVAJE.
Este año se ha hecho de rogar para dar comienzo a su floración ya que suele hacerlo en enero porque no tiene miedo al frío, es más, yo creo que hasta le estimula, para continuar en ello hasta el mes de abril.
Te he hablado con anterioridad de esta planta arbustiva que crece hasta 5 metros, generalmente en jardines, bosques, ribazos, en zonas mediterráneas, cerca del mar, aunque la primera vez que te hablé de él fue en Madrid y, allí, como aquí, en invierno hace un frío que pela.
Un buen día que salía yo de casa con el coche e, inexcusablemente, tenía que pasar por la calle Ángel de Diego Roldán, paralela a aquella, Las Calas, a la que abría la puerta de nuestra cochera, fue allí, a la altura de la primera de las casas de esa calle, que hacía esquina con Pintor Ribera, mi calle, donde, al pie de la acera, dejaron dos grandes tiestos a la espera de que pasara el camión encargado de retirar los elementos de desecho voluminosos. En uno, todavía vivía un DURILLO y, en el otro, su hermano, había fenecido.
Y, yo, ni corto ni perezoso, paré el coche junto a ellos y me adelanté al camión de la basura y los trasladé a mi bosquecillo. El vivo medró agradecido, pues le vino muy bien el cambio, pero su hermano, el muertecico, dejó el lugar a la plantación de unos Papiros del Nilo.
Cuando recibí la orden de traslado a esta Real Villa de Caudete, el DURILLO se vino conmigo en la furgoneta, como lo hicieran muchas otras plantas.
Aquí estuvo alegrando el claustro barroco-toscano del convento carmelita de San José (El Carmen) tres o cuatro inviernos con sus flores formando preciosas inflorescencias umbeliformes hasta que se plantó y dijo que no seguía, que se iba con su hermano de Madrid. Y se murió. Era tan viejecico....
Pues, bien, durante los últimos días vengo apreciando, en mis paseos por la Avenida de la Virgen de Gracia, arriba y abajo, cómo la gran cantidad de DURILLOS que la jalonan levantándose, a uno y otro lado, en los parterres laterales, andaban enfrascados en la formación de los racimicos que iban a dar lugar a la floración.
Ayer por la tarde constaté que, en algunos de ellos, estaban surgiendo esas preciosas infloraciones en forma de paraguas de umbrelas con las que van a envolverse, totalmente, no tardando mucho. No me resistí y saqué del bolsillo el telefonillo para impresionar una de las infloraciones y, así, disponer de ella, hoy, para mandarte mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
12.2.2024.Lunes. (C. 1.803)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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