ESTAMPA CAUDETANA.
LOS NIÑOS DE LA PRIMERA COMUNIÓN VAN A VER A LA VIRGEN DE GRACIA.
Existe en esta Real Villa de Caudete una costumbre con onda raigambre consistente en que, en el domingo siguiente al Corpus Christi se dan cita todos aquellos niños que han recibido por primera vez a Jesús Sacramentado, estos días de atrás, para hacer una visita a la Madre de todos, a la Patrona de la Villa, a la Virgen María de Gracia.
Daba gusto entrar ayer por la tarde, en torno a las 19,00 horas en la Plaza de la Iglesia por cualquiera de las calles por las que les es dado a la gente llegarse hasta el lugar. La razón no era otra que, allí, y a esa hora, se habían dado cita un montón los niños vestidicos con su ato de primera comunión, a los que acompañaban padres, abuelos, hermanos y familiares y mucha otra gente, que se les había unido para hacer el paseíto hasta el Santuario de la Patrona para pasar un rato con Ella y ofrecerle unas flores que no eran otra cosa, que el símbolo del ofrecimiento de ellos mismos a la Madre de Jesús y Madre nuestra, la Virgen María de Gracia.
Allí, en el santuario los esperaba el coadjutor, P. Antonio Graciá Albero, carmelita, para dirigir una sencilla y entrañable liturgia-oración-veneración, como quieras, a Ella, a la Virgen de Gracia.
En mi pueblo de Oropesa (Toledo), en mis tiempos, no se hacía algo semejante, ahora no lo sé, no íbamos los niños de primera comunión caminando el kilómetro largo que separa el centro del pueblo de la ermita de la Patrona del lugar y Madre de los oropesanos, la Virgen María de Peñitas. Pero sí te puedo decir que hubo una madre, la mía, que, bajo un sol de justicia, llevó a su Hijo, a mí, andandico en el momento en el que el astro celeste se encontraba en su cenit mandando oleadas de calor "de aquí te espero escopeta". Tampoco se encontraba allí esperando el coadjutor, don Joaquín Pino Arroyo (RIP), esperando a que llegáramos los niños de la Primera Comunión. Fue ella, mi madre, la que se encargó de "charrar" con su Colega, en eso de la Maternidad, en este caso espiritual, porque así lo dispuso Jesús desde lo alto de la Cruz, muy poco antes de morir.
A mí no me dijo mi madre de la tierra, tampoco la del cielo, en qué consistió aquella charla, aquel diálogo, que mantuvieron pero, como comprenderás, es fácil deducir que hablaban de mí, que yo era el objeto de su conversación.
Sí, ayer por la tarde, cuando el sol ya no constituía peligro alguno, la Villa de Caudete fue testigo de un acto familiar y de fe entrañables, en el que los niños de Primera Comunión, recorrieron algunas de sus calles para llegarse a estar un ratico con la Madre de Aquel al que habían recibido por Primera vez, estos días de atrás, de Jesús Sacramentado.
El testimonio gráfico de tan entrañable acontecimiento me ha sido cedido por Paco Cantos Albertos, conocido como "el Molinero".
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
10.6.2024. Lunes. (C. 1.918)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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