ESTAMPA CAUDETANA.
SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.
El orador sagrado presidente de la celebración litúrgica en este segundo día de la novena preparatoria para la gran fiesta de la Madre de Dios en su advocación de del Monte Carmelo ya nos lo anunció al inicio de la Eucaristía nos iba a hablar de la Virgen María en su función de madre de los Carmelitas.
Las lecturas bíblicas las tomó del libro de los Reyes la primera que hablaba de la situación peritoria en que llegó a encontrarse el profeta Elías en monte Oreb al secarse el riachuelo que le quitaba la sed, razón por la cual el mismo Dios le dijo:
"vete a Sarepta de Sidón donde le diré a una madre viuda que se ocupe de ti".
Y para que pudiera ocuparse del profeta tuvo que proveerla de lo necesario durante los tres largos años de sequía que se iba a abatir sobre aquella zona. Y, así, el ánfora donde aquella pobre viuda, con la que se encontró el profeta a las puertas de la ciudad recogiendo unas ramas para hacer fuego y cocer unas torticas para su hijo y para ella y, luego, dejarse morir, guardaba un puñadito de harina y, en la alcuza, un poco de aceite (1 Reyes. 17,9-24).
El texto bíblico nos habla del profeta Elías, padre inspirador de la orden del Carmen, pero, también nos habla de una madre, que lo es, hasta acompañar a su hijito a una muerte segura.
El Evangelio lo tomó del libro de San Lucas del que continuó donde lo había dejado el día anterior. Propuso la asamblea el relato de la Visitación de la Virgen a su pariente Isabel (1.39-45), en el que también se nos habla de dos madres gestantes, la Virgen Santísima y su prima Isabel.
A lo largo de los cinco minutos que duró la disertación homilética, se dedicó a contemplar a la Virgen María, Madre de Dios, desde todos los puntos de vista, como Madre. Madre que es de los Carmelitas y de todos los seres humanos. Para concluir llamándonos la atención acerca de que no encontraremos otro lugar donde la quietud, la serenidad y la paz más gratificantes y completas, que en los brazos de Ella, de la Madre, como le aconteciera a Jesús cuando Niño y cuando, hecho un montón de despojos, se lo entregaron después de bajarlo de la Cruz donde estuvo clavado, aquel cuerpo que se formó en sus purísimas entrañas, roto, agujereado, exánime, muerto, hecho ofrenda a Dios por nosotros, sus hermanos.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
9.7.2024. Tercer día de la novena en honor de la Virgen María del Monte Carmelo. (C. 1.949)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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