viernes, 2 de agosto de 2024

Carnegiea Gigantea.

ESTAMPA CAUDETANA. 

CARNEGIEA GIGANTEA.

Ni se te ocurra pensarlo. No me he desplazado a México, y más concretamente, a su desierto de Sonora, que es su lugar de origen. Tampoco me he permitido el lujo de visitar el Parque Nacional protegido de SAGUAROS  en el estado USA de Arizona. ¡Ni mucho menos!

Para ver el esbelto espécimen de SAGUARO que, así, se llama, para andar por casa, al CARNEGIEA GIGANTEA, no he tenido que salir de la Real Villa de Caudete. 

Con toda seguridad, cualquier caudetano, lo habrá contemplado, en más de una ocasión, desde la avenida de las Jornetas porque, así de esbelto y de hermoso, crece en el jardín del chalet primero, el número 2, de esa avenida que es propiedad de los herederos del difunto José Cuenca, que Gloria tenga.

Siempre que subo hacia Santa Catalina por la avenida de las Jornetas, al llegar a la verja del chalet, miro a la izquierda como obedeciendo la orden de un sargento de instrucción, para disfrutar contemplando semejante pieza. 

Dicen los habitantes de Sonora y de Arizona que esos cactus del desierto, columnarios ellos, pueden tener ramificaciones siempre que se den  condiciones de humedad porque, de lo contrario permanecerán como lo que son, columnas hechas y derechas. 

El SAGUARO de nuestra villa fue sembrado sin duda alguna por el difunto José Cuenca, posiblemente, con cierta altura, ya crecido, porque este tipo de cactus es de crecimiento muy lento y para adquirir una altura de 30 m, que es su techo, emplea de cinco a siete lustros. 

No sé si lo regaran o goza de humedad por donde se extienden sus raíces porque, como puedes apreciar, le están saliendo ramas a una altura de dos o tres metros del suelo, altura donde se produce la ramificación. 

Su flor, como la de casi todos los cactus, siendo, como es, preciosa, solo luce, a la luz del sol, medio día, porque se abre de noche y dura solamente 24 horas.

Los habitantes del lugar, una etnia de indios aborígenes de aquellos lugares, de cuyo nombre no me acuerdo en este momento los emplean con harta frecuencia como elementos en la edificación de sus casas.

Él no se mueve, está bien anclado en el jardín del difunto José Cuenca, pero por eso del arte de "birli birloque",  te va a llevar hoy mi saludo, ten cuidado porque tiene unas espinas que dan miedo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

2.8.2024. Viernes. (C.1.972)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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