miércoles, 15 de enero de 2025

Los Almezes de la Glorieta de la Cruz.

ESTAMPA CAUDETANA. 

LOS ALMEZES DE LA GLORIETA DE LA CRUZ.

Ya iba la manecilla grande del reloj en busca del zénit de la esfera para marcar las 19 horas. Solo le faltaba recorrer quince minutos. Las luces, fruto de la industria humana, ya se encontraban luciendo para que no notáramos el tránsito desde el crepúsculo de la tarde al hondón de la noche. Porque, como puedes observar, todavía algunos rayos rezagados del sol, que había salido ya por pies del contorno de la Piel de Toro para darse un baño en las frías aguas oceánicas. 

Ya me marchaba yo de la Glorieta cuando impresioné la fotografía que ilustra estas letras pero, a mi llegada, unos minutos antes, había sacado estas otras que aquí seguidamente te incluyo 

en las que aparecen. LOS ALMEZES que flanquean el recoleto lugar donde se levanta el monumento a la Cruz, que da nombre a la Glorieta, y, debajo de ella, la Imagen Sagrada de su Madre, Patrona de la Real Villa de Caudete y que tiene por advocación, la de GRACIA, ambos monumentos tallados en piedra.

Se nota que ya hemos entrado en el invierno pues, LOS ALMEZES, aparece  totalmente pelados, ni una de sus hojas se cimbreaba, graciosa, movida por la brisa suave, pero fría, que se movía a aquella hora de la tarde. Aunque la cosa empezó a lo largo del otoño cuando  comenzaron a teñirse del color ocre, previo a la muerte, hasta secarse y caer al suelo interpretando, en su caída, una danza que ningún coreógrafo sería capaz de igualar.

Así, de esa guisa, aparecían LOS ALMEZES que prestan guardia al monumento de la Cruz, signo de entrega generosa, de donación total, de Aquel que, en ella, pendió, el Hijo de Dios, que tomó nuestra naturaleza humana y asumió todo lo que le es propio a ella, hasta incluso la muerte para salir triunfante, por el poder de su espíritu, venciendo, en su resurrección, a la misma muerte. Victoria que nos es ofrecida a todos sus hermanos porque, para eso, vino a estar con nosotros, para ir delante al encuentro del Padre. Eso sí, bajo los auspicios de Aquella que, él mismo, con el último aire de los pulmones, antes de entregar su espíritu en lo alto de la Cruz, nos la dio por Madre.

Qué gran diferencia existe entre cómo se encontraban. "vestidos" el 28 de agosto pasado

y ayer, que bajé, dando un paseíco, hasta la Glorieta de la Cruz. Entonces esos ALMEZES que "los clásicos, Herodoto, Dioscórides y Teofasto dieron en llamar  LOTO porque lo dedujeron de otro de sus nombres, LIDÓN, LIDONERO, que proviene del latín de la unión de varias palabras" (Wikipedia), se encontraban tupidos, con unas copas hermosas dotadas, sus hojas, de un color verde fuerte que daba gusto verlas y, sobre todo, disfrutar de la sombra que ponían en los bancos allí existentes.

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

15.1.2025. Miércoles. (C.2.119).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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