viernes, 16 de mayo de 2025

Rosa Foetida Herrm.

ESTAMPA CAUDETANA.

ROSA FOETIDA HERRM.

Allí donde está y crece es un lugar printiparado para lucirse y no molestar. 

Digo lucirse porque, eso hace, lucirse. Todas las mañanas, desde que el rosal empezó su floración, se muestra campante y chulo, con prestancia y salero, a la chiquillería y profesorado que pasan delante de él, al entrar cada día en el centro escolar Alcázar y Serrano. 

Es guapo de verdad, el rosal. ¡Vaya si lo es! No tanto por la envergadura, que no está  muy desarrollada, quizá porque el sol encuentra sus dificultades para visitarle ya que, la pérgola verde del Paseo de la Virgen de Gracia, a esa altura, por lo tupida que está, no le permite que despliegue sus ártes de excelente jardinero pues, es de todos conocido, que los encuentros o citas que tiene con las plantas, y con los rosales...,  ni te cuento, redundan en hermosas obras de arte natural. Pero ello no es óbice para que el rosalico, que viajó desde las faldas del Cáucaso (Georgia), de donde es originario, hasta aquí, para incardinarse y hundir sus raíces, en nuestra Real Villa de Caudete, deje de mostrar sus beldades, unas rosas amarillas que da gusto contemplarlas.

Por eso te digo que se luce, ¡vaya si se luce! Y, además, ante una multitud de gente, la mayor parte, menudica, con ojitos hábidos de contemplar cosas maravillosas, cada mañana, cuando abre sus puertas el centro escolar Alcázar y Serrano.

Y digo "¡para no molestar!", porque tiene una pega. Nos lo dice su nombre con esa palabra latina que lo califica, FOETIDA, y, al hacerlo, nos descubre una de sus características, sus preciosas flores, sus rosas, desprenden un olor suave pero ácido y maloliente,  que tira para atrás, exagerando un poco, si le arrimas la nariz, claro. ¡Vamos que es una malhuele!

Lo que no  quita prestancia al rosal ni a la preciosidad de rosas que ofrece a quienes pasan a su lado. Se encuentra en el parterre, crece junto a la pared del centro escolar, bastante separado del caminico que da acceso al colegio y, para percibir su hedor tiene uno que subir la paredica de contención y, eso, estaría mal visto, además del peligro que conlleva. 

Quizá, por eso, y por el mal olor que desprenden sus lindas rosas, nadie ha cometido la felonía de arramblar con ellas. ¡Son tan hermosas...!

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

16.5.2925. Viernes. (C. 2.234).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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