viernes, 7 de noviembre de 2025

Se rompió el silencio.

ESTAMPA CAUDETANA.

SE ROMPIÓ EL SILENCIO.

En el reloj de la torre de la Iglesia del convento de San José (el Carmen) estaban dando las diez de la mañana cuando, dentro del convento sonó el timbre.

"Venimos a ver la exposición", nos llegó la voz hecha de una mujer joven. Venía acompañando a un grupo de niños del colegio de El Paseo

El claustro bajo, el barroco-toscano, se llenó de alegría, de vida. Y SE ROMPIÓ EL SILENCIO. Voces de soprano y contralto iban de un lado a otro, entrando  por las arcadas claustrales y, tras haber rebotado en las paredes salpicadas por multitud de fotogramas que, agrupados bajo el título de LOS OLVIDADOS, constituyen la magna exposición que ha llevado a cabo Pepe Tecles, salían por esta o aquella arcada. 

Eran las voces de los niños de 5° curso de Primaria que estaban a la espera de la llegada del mencionado Pepe para que les explicara, con su labia cercana y atrayente, la gran exposición fotográfica.

Aprovechando el impasse, decidí bajar para saludar a los niños y a su simpática maestra, de la que fui colega en las artes de la enseñanza. En ello estaba cuando apareció María Sánchez López, Directora de la Casa de la Cultura de esta Real Villa de Caudete.

María, dirigiéndose a los niños les preguntó:

 ¿Habéis entrado en este lugar tan bonito alguna vez?

Algunos contestaron rápidamente siiiii porque venimos a catequesis de Primera Comunión. Otros guardaron silencio. La maestra dijo:"yo también vine aquí a la catequesis"

Y, ella, María, continuó:

Siempre que acompaño a algún grupo les explico un poquito el asunto poniéndoles al corriente pero, en esta ocasión voy a cederle el quehacer al  P. Alfonso...

Y, ¡ale! me cedió el honor y, claro, tuve que contarles a los niños, muy someramente, el avatar del convento desde sus orígenes, desde que llegaron los PP. Carmelitas a esta Real Villa de Caudete en 1597 estableciéndose al lado de la ermita de la Virgen de Gracia de la que cuidaron y de cómo, por decisión del Concejo municipal de la Villa en 1594, se les otorgó un terreno en los arrabales de la Villa, a unos cientos de metros de la muralla, donde fueron construyendo este convento en el que os encontráis. En 1606 terminaron de construir esta parte baja con su claustro, obra que hicieron de acuerdo con los patrones de los artes Barroco y Toscano (el 4° y más sencillo de los cuatro artes griegos (*). Y luego se emplearon en terminar de construirle y de edificar la Iglesia y de levantar la torre quedando todo el convento terminado en 1670).

Uno de los niños se interesó por la fuente situada en mitad del claustro y satisfice su curiosidad diciéndole que no la pusieron ahí los primeros frailes carmelitas pues perteneció a otro convento donde vivieron frailes franciscanos capuchinos y, al marcharse de la Villa, un señor la compró y luego la regaló a este convento. 

La fuente no tiene agua porque, de esa manera, no vienen las palomas a ensuciarlo todo y a atrancar las tuberías cuando vienen heridas y mueren en los tejados.

En esas estaba cuando apareció el bueno de Pepe Tecles con su mochila al hombro y le cedí los tastes diciéndole:

"Ahí los tienes, Pepe. Son todo tuyos".

Y me subí a mi cuarto para trabajar un poco. Por la ventana no solo entraba un sol generoso que espantaba el fresquito de la mañana, también lo hacían las palabras con las que Pepe iba explicando a los niños la exposición fotográfica montada por él en el claustro barroco-toscano del convento de San José (El Carmen).

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

7.11.2025. Jueves. (C 2.386) 

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

Pd. Ayer celebramos, en esta Villa, la fiesta de aquellos caudetanos que fueron vilmente masacrados al comienzo de una guerra entre hermanos que tuvo lugar en el primer tercio del siglo pasado, ya hace 89 años y a los que la Santa Madre Iglesia subió al honor de los altares reconociendo sus virtudes heróicas.

(*) Los artes arquitectónicos griegos fueron Dórico, Jónico, Corintio y Toscano.

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