ESTAMPA
CONVENTUAL.
SANTA TERESA
DE JESÚS.
Con ella
termina la ilustración de la nave derecha de nuestra iglesia del Carmen.
Está ahí
Teresa porque no la quemamos.
Y no la
quemamos por dos razones contundentes:
La primera,
porque entre los carmelitas no adoptamos la medida que adoptaron otros: “quemar
en plaza pública encima de una pira a cualquier fraile iluminado que se
permitiera promover o seccionar un instituto u orden religioso. (Los dominicos
no sufrieron ni un intento de independencia o segregación. Los agustinos y
franciscanos, sí. Aquellos sí que tenían la norma en vigor).
Y la segunda
razón, es que Teresa no rompió nunca la unidad del Carmelo. Ella promovió una
reforma consistente en volver a las fuentes, a los orígenes de la Orden y para
ello pidió permiso al General de la Orden, el P. Rubeo, que le autorizó a
ponerlo en práctica. Cuando le fue concedido ese permiso se puso a andorrear
por ambas Castillas fundando algunos conventos, hasta 17 de monjas, creo
recordar, en los que se viviera la Regla del Carmelo sin mitigaciones. Ella,
como San Juan de La Cruz, murió dentro de la ortodoxia de la Orden.
La
segregación de los Carmelitas Descalzos, hoy llamados Teresianos, se llevó a
efecto por las artes de un "político", el P. Doria, que había sido el
“Montoro” de Felipe II, bastantes años después de la muerte de Teresa
Teresa fue
una mujer consecuente con sus principios y con su fe que le impulsaron a poner
en práctica una obra encomiable. Ya apuntaba cuando niña, pues una vez, en
compañía de su hermano pequeño, salió de Ávila con dirección a tierra de moros
para dar la vida por Xto., para ser mártires. Se encontraros con un tío que los
devolvió a su casa, nos relata la Santa.
Su entrega a
Cristo fue tal que entre los dos se estableció una relación mística tan grande
que llega a relatarla en sus escritos: “a la izquierda vi a un ángel en forma
humana, de baja estatura, muy bello y hermoso, que me pareció un querubín.
Tenía una flecha de oro en su mano con la punta de fuego y con ella me traspasó
varias veces el corazón hasta las entrañas" 《Libro de la
vida c. XXIX.3》(la documentación que ha llegado hasta nosotros nos
informa que la autopsia reveló las huellas dejadas en el corazón por la
TRANVERBERACIÓN)
Remigio
plasmó en su obra LA TRANSVERBERACIÓN emulando a Bernini que la esculpió en
mármol (La transverberación es una palabra que viene del latín "transverberatio"
que en castellano significa atravesar. Consiste en una gracia que Dios otorga a
aquellas personas que han llegado a tener una relación mística profunda con
Dios. Consiste en atravesar el corazón con el fuego del amor divino. La más
famosa es la de Santa Teresa de Jesús, que escogió para su pintura, el bueno de
REMIGIO SOLER. (235*390 cms.).
Junto con
Teresa atravesada por el amor de Dios, sale en tu busca mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.11.2017
Sábado. P. Alfonso Herrera. O.
Carmelitana
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