ESTAMPA CAUDETANA.
EL JARAMAGO.
Cuando puse
el pie ayer mañana en la zapatilla, el azogue estaba haciendo equilibrio sobre
la rayita del termómetro que marcaba los 10 grados centígrados.
Soñé que, a
lo largo de la noche, tendría lugar la CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA de la que tanto
hablan los chicos del tiempo en la televisión. Soñaba que nuestro claustro del
siglo XVII volvía por sus fueros y que se había convertido en un nevero en el
que ya no se veía la fuente (2.5 mts.) Pero, no, nada de eso. Más bien parecía
que el otoño se hubiera cansado de ser otoño y volviera a tiempos más suaves.
Tan eso era
así, que saqué al alfeizar de las ventanas las jardineras que guardo a buen
recaudo al llegar la noche.
Cuando salí
de nuestro CONVENTO DE SAN JOSÉ para celebrar la Eucaristía en la parroquia de
San Francisco, el azogue había escalado dos grados y medio y allá en lo alto
del cielo se divertía el sol lanzándonos sus rayitos. Yo creo que se estaba entreteniendo
con el termómetro haciendo subir por él, poquito a poquito, al mercurio, como
hace el gato cuando caza a un ratoncillo que se durmió en los laureles, que se
divierte y juega y juega con él, yo creo que para pasárselo chupi dos veces,
una jugando y la otra...
Bajaba por
la calle Eras y la quietud era total. No corría ni un soplo de aire. Una
máquina de la empresa concesionaria de la limpieza iba barriendo la calle. El
sol se iba encontrando a gusto a medida que
el reloj iba haciendo montoncitos (horas) con los minutos que le
sustraía al tiempo.
A punto de
entrar en la parroquia se levantó un aire que no me gustó nada, así que llamé
por teléfono a mi compañero Ángel para pedirle que hiciera el favor de meter
las jardineras dentro para que no me las despanzurrara el aire contra el suelo.
Hubo suerte. Llegué a tiempo.
Cuando me
dieron destino, gentes que conocían el lugar me apercibieron de que calor y
frío... "a manta". Pero de los vientos, nada de nada, me informaron.
¡Cuánto enseña la experiencia!
Al salir de
misa la cosa había cambiado a peores. Un viento impertinente y mal encarado
había venido, de vete a saber donde, y la labor de la máquina de limpieza se
había ido al garete. Todo un ejército de elementos campestres había tomado el
pueblo al asalto comandado por el general viento. Ahí arriba tienes la prueba.
En mi pueblo lo llamamos con su nombre propio, JARAMAGO (nada tiene que ver con
el literato portugués Saramago, o si, por el cambio de la "j" por la
"s, al que reconocieron en 1998 el buen hacer con la pluma, dándole el
premio gordo de la literatura, EL NOBEL. A estas alturas ya dejó descansar la
pluma porque voló, para arriba, como otra pluma que traspasó el límite yendo a
planear a "cielos nuevos y a tierras nuevas", de los que nos habla
San Pedro en sus cartas). Crece en
ribazos y cunetas y en los terrenos descuidados por el labrador y a los que
quedan de barbecho suele colonizarlos y darles un color totalitario (todos el
mismo), el amarillo.
El de la
foto, desconectado de la vida, seco y hecho una pelota, no vayas a creer que es
una agrupación de ellos. Nada de eso. Es SOLAMENTE UNO., inmenso, pero uno. Se
nota que medró en terreno bien abonado ¡qué bicho! El aire, que le había
llevado hasta el cruce, volvió a zarandearlo de modo que casi se me echó encima.
Pues como ese de la foto un montón se metieron por calles y plazas.
Aquella
invasión sí que me dio la impresión de que fuera causada por un turbión enviado
por la CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA para que le preparara el camino (fíjate, como
Juan el Bautista del que nos ha hablado el evangelio de este segundo domingo de
Adviento, que se encargó de preparar el camino a Jesús, el MESÍAS) porque no
nos trajo con él ni agua, ni nieve, como andaba haciendo por la Cornisa
Cantábrica y por más allá de los Pirineos donde "la ANA" (así han
dado en llamar a la ciclogénesis explosiva) está hartándose a hacer de las
suyas. Ayer mañana solo nos trajo un ventarrón.
En volandas,
llevado por el viento, te va mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
11.12.2017
Lunes. P. Alfonso Herrera. O.
Carmelitana
No hay comentarios:
Publicar un comentario