ESTAMPA MADRILEÑA.
VIRGEN DEL CARMEN. SE VENERA EN LA IGLESIA DEL MONTE CARMELO.
Fui en viaje relámpago a Madrid. Había fallecido un hermano de la Orden y, como es costumbre, en el funeral de córpore insepulto solemos asistir representantes de todas las casas para encomendar al hermano que se nos ha ido.
La inclemencia del tiempo impidió que estuvieran presentes los de las Comunidades del noroeste, nadie vino de Salamanca, ni de Valladolid, ni de El Henar (Cuéllar). Las carreteras estaban impracticables. Asistimos 15 sacerdotes al funeral concelebrado presidido por el representante del Superior Provincial, ausente de España.
La iglesia en la que tantas veces otorgara la gracia mediante la celebración festiva de los SACRAMENTOS, está presidida por Ella, por LA MADRE DEL CARMELO. No pude resistirme a bajarla de su trono para, metida en mi telefonillo, traértela. La imagen es preciosa. No podía ser de otra manera. ¡ES LA MADRE! Y al mirar esa imagen, su IMAGEN, enseguida levantamos el pensamiento y el corazón hasta AQUELLA A LA QUE REPRESENTA, a la MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA.
¡Mírala! no mira al cielo, mira a sus hijos que, para ELLA, somos su fiel, su felicidad, su gozo y nos quiere con ELLA allá arriba, en el cielo.
¡QUÉ LINDA ES ESA IMAGEN DE LA MUJER MÁS BELLA PORQUE, EN ELLA, BIEN SE LUCIÓ DIOS AL CREARLA!
Había permanecido, el hermano difunto, que se llamaba Jesús, un montón de su vida en nuestra parroquia del Monte Carmelo de la calle Ayala de Madrid hasta que un oligoblastoma le cortocircuitó todo el cerebro. Como no se le daba mal la música amenizaba las Eucaristías y otros cultos con su bonita voz acompañado por el incomparable sonido del órgano instalado en lo alto del coro, al que también tocaba. Hoy, no. No tocaba ni cantaba. Hoy solo nos escuchaba cantar desde las estancias del cielo. Muy agradecido, digo yo que, a lo mejor, pensaría para sus adentros al ver que poníamos toda nuestra buena voluntad:
"No lo hacen mal. Se esfuerzan"
Era de un pueblo no muy lejano de estos pagos caudetanos, de Molina de Segura (Murcia) y allí le hemos inhumado cumpliendo esa obra de misericordia, junto a los restos de aquellos que, de su familia le han ido precediendo en el viaje en busca de la plenitud que solo se encuentra cave Dios Padre. Así lo deseaba, así nos lo manifestó y así se llevó a cabo dando satisfacción a su voluntad.
Después de comer con mi sobrina mayor, MARÍA PILAR, y con su hija, MARTA, que llegaba de un exámen de un master que anda haciendo para iluminar su titulación en Psicología, y engordar un poco el currículum vitae, en su casa, volví sobre los pasos que di para llegarme a Madrid y la carretera me introdujo en las oscuras fauces de la noche de las que me liberé al llegar a CAUDETE, todo iluminado, un poco más de cuatro horas después.
Iluminado por la luz de la bombilla de mi cuarto sale volando en tu busca mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
10.1.2018 Miércoles. P. Alfonso Herrera. O. C.
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