miércoles, 13 de junio de 2018

Higuera en Pared


ESTAMPA CAUDETANA.
HIGUERA EN PARED.

En el n.1 de la calle de San Francisco, que recibe su nombre del barrio donde está enclavada. Este barrio se  comenzó a levantar bajo la iniciativa y el impulso del Conde de San Carlos, Don Francisco Albalat Navajas, cuando  iniciaba a colocar sus primeros días el siglo XX. Terminaba el siglo XIX bastante malamente en muchos campos de la vida, también en el agrario. Se pasaba mucha necesidad. Y la puesta en marcha de esta obra quitó mucha hambre y luego dio cobijo a gentes muy necesitadas.
Pues bien, en ese número de la calle, mientras la legislación así lo permitió hubo una vaquería.  Cedió después  el espacio a la instalación de una carpintería y cuando ésta dejo de funcionar, se ha empleado, alguna que otra vez, en fiestas, para hacer alguna exposición de pintura.

Hoy permanece muda. Nada nos cuenta de lo que acontece dentro porque nada acontece. Pero no está muerta, ni mucho menos, a dos cuartas de la acera surge, desde una grieta en la pared, con vigor, una HIGUERA. Posiblemente fue el viento que por estos lares sopla con fuerza, el que llevara hasta allí, hasta la grieta, la semilla que ha germinado, y bien que lo ha hecho, no hay más que verla. O, a lo mejor, éste es mi parecer, quien hasta allí la transportó fue un pájaro. Y si este ha sido el origen... no hay duda de que esa HIGUERA estaría llamada, si la dejaran medrar, cosa que dudo, a dar muy buena cosecha en fruto porque es más que sabido que si alguien entiende de higos es el volátil porque saben cuándo un higo está maduro, en sazón y, por lo tanto con semilla hecha y al no hacerla papilla en sus pequeñas mollejas, las sueltan en vuelo, por allí, por donde sale el sobrante de su digestión. La estoy viendo crecer desde que abrió su primera hojita porque cada tarde paso a su lado y me quedo con ella un ratito en  tranquilo diálogo.
Ahora ya tiene un montoncito de hojas  con un color verde fuerte que nos habla de estar muy bien nutrida. Presumo que ya habrá sido capaz de hundir su raíz pared abajo hasta la tierra aplastada que aguanta lo que fuera el piso de la carpintería y, en aquella tierra rica en nutrientes dejados por las vacas que allí vivieron en aquellos tiempos, todavía no lejanos, no encontrará dificultad alguna para abrir en abanico sus raíces adventicias mediante las que succionará humedades cargadas de ricas viandas que por la fotosíntesis se convierten en el torrente vital que la está poniendo guapa.
Cuando la contemplo mi pensamiento vuela raudo hasta la pared de la iglesia de la COMPAÑÍA de mi pueblo porque, en todo lo alto, casi en la cornisa, cuando yo era niño y andaba a cernícalos, también contemplaba a otra higuera nacida de la misma guisa. Claro que aquella era una señora higuera. Desde aquella altura veía todo el pueblo. Muchos años estuvo allí. No sé si ahora sigue o la han retirado con motivo de la restauración que han llevado a cabo de la iglesia para, cedida al Ayuntamiento por un montón de años, sirva como Casa de Cultura o algo por el estilo. En el presbiterio de la misma estuvo enterrado don Francisco Álvarez de Toledo Miembro de la familia de los Condes de Oropesa, que fuera Virrey del Perú. Ahora se encuentra en el baptisterio de la parroquia de la Asunción.

 Cuando las brevas están a punto de madurar, sale volando, como la semilla que fue a parar a una grieta de la pared de la casa n. 1 de la calle San Francisco, para llegarse hasta ti y llevarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.6.2018. Miércoles. San Antonio de Padua (aunque era portugués) P. Alfonso Herrera, O. C.

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